domingo, agosto 20, 2006

La verdad en la niebla

En pleno invierno la casa de mi vecino, rodeada por la niebla, adquiere esta presencia aislada de su entorno: no hay bosque, no hay montañas y en su defecto una espesa capa volátil de niebla humeda, formada por pequeñas gotas que flotan en el aire, las unas junto a las otras, millones de ellas cayendo lentamente hasta posarse, aíslan la justa arquitectura de una casa de verano en medio de un prado que ha sido escondido.
La casa, como casi todas las que aquí se construyen, son como de campo sin serlo; tienen esa apariencia pero no lo son porque hay en ellas materiales modernos, cocinas confortables, baños de ensueño y todo resume un espíritu de Casa&Jardín en el que se adaptan perfectamente las figuras felices que con vevstuario de familias acomodada, acuden al paisaje. Las casas de pueblo de aquí no son así, son más toscas, con contraventanas de hierro verdes, respirando por ranuras acanaladas, encaladas con esquineras y cenefas en las ventanas y puertas de granito berroqueño, con la teja segoviana, que es ancha y se coloca al revés por una costumbre que se pierde en los tiempos, dicen que para facilitar el deslizamiento de la nieve, y con rejería de hierro sencilla, sin fatuos adornos. Pero quien viene al pueblo desprecia la casa de este lugar y se la trae de otro para sí, la copia de un Pirineo acomodado, de un Valle de Arán de ricos; se presenta al arquitecto y le dice "quiero este paraiso encantado" y lo consigue. Quieren la casa del otro, de uno que no son, y así ellos se transmutan en otros que si parecen. La verdad es que no son, no somos de aquí y eso es porque venimos de otros lugares, para vivir de manera permanente o para vivir solamente los finales de la semana y algunas vacaciones más prolongadas. Nuestra procedencia nos exculpa, arrebatándole al prado la posibilidad de ser aquello a lo que estaba destinado por la costumbre del lugar, desde el mismo momento en que una recalificación rapaz le arrebató su naturaleza de pasto y asfaltó la cañada que lo cruzaba dejándola en los mapas y lo ofreció al carnaval de las revistas de segundas viviendas: nos convertimos en padres de la mutación del paisaje..
Siempre he creido que la condición perpetua de emigrante enriquece el espíritu si se ejerce con naturalidad, sin afección de converso, y con respeto a lo que es bien común, costumbre y manera de ser y estar.Yo mismo soy emigrante nieto de emigrantes y vivo el estado cual un exilio; no tuve tierra en el sentido genérico pero si ciudad y en ella aconteció que no quedaban plazas de profeta; busqué, como funcionario de la vida, otro destino; después de varios tumbos recalé en el prado.
Aquí vuelan los cuervos como siempre han hecho y se posan, pesados y enormes, en los alambres de las cercas que separan las parcelas; vuelan las cornejas; los mirlos llegan en verano, como las golondrinas y el topo por el subsuelo. En el bosque habitan los corzos a los que he visto en varias ocasiones; no se puede describir el respingo de sorpresa, el salto en el corazón, la alegria embargante que se produce en uno, cuando de entre los árboles, surge el corzo ligero, venteando, rápido, mostrando los cuartos traseros o el perfil de la hermosa cabeza, y apenas en segundos, o menos, no se cuanto es la duración del instante, desaparece, solo o en compañía de otros, dejándote suspenso y asombrado. Esta impresión si es la verdadera, como también lo es encontrar los caballos en verano libres en el bosque, seguros los cridores de que ahí estarán cuando los necesiten, las yeguas y lo potros recién paridos, tranquilos y confiados por tu cercanía. Aquí los caballos son amigos y lo saben y lo sabemos.
Mentira, me digo, es lo que no es lo que debería ser, salido de una mistificación, aunque ya tenga carta de naturaleza. Al igual que el decorado de la película de que hablaba ayer: un decorado es exactamente una falsedad en función de apariencia. La decencia del decorado es que en su modestia afirma que quiere parecer y solamente lo hace a los ojos del espectador. La otra falsedad es el prado que se levanta con aire pirenaico de valle rico y transforma, culturalmente, el aire del lugar, hasta que un día, mudado, será el prado de toda la vida. Mentira es aquello que ha roto sus posibilidades de seguir siendo y ahora parece lo que será mañana, cuando nadie recuerde lo que fué posible. Escribe Antonio Machado:
Se miente más de la cuenta
por falta de fantasía;
también la verdad se inventa.
Y Esquilo, atinado y veraz, escribe: La mayor parte de los hombres, falseando la verdad, prefieren parecer a ser.

11 comentarios:

  1. Por algún lugar cuenta Heidegger que en un viaje que hizo por las islas griegas, al ver emerger el contorno de una isla de entre la niebla, no pudo reprimir una expresión: "¡Esto es! ¡A esto se reduce toda mi filosofía!". Ya sabes que para él la verdad era un des-ocultar. Eso es lo que, a mi entender, haces tú aquí: desolcultar. Y por ello te doy las gracias.

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  2. Te las doy yo a ti, porque además de darme pistas sobre las que no he reparado me brindas un des que añadir a mi, hasta ahora triptico, en el que no había caído: deconstruir, desaprender, desolvidar y añadiré ahora el des-ocultar, y pensaré en ello.

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  3. Aquí también nos podríamos acordar de la rima "Lejos y entre los árboles..." del gran Bécquer, que aunque suena a pitorreo poético, tiene su miga filosófica. No la copio para que la leáis en el libro.

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  4. Joaquín: dos cosas:
    1 - Me parece fascinante las asociaciones que produce la lectura, lo que llamo "la revelación del texto, el nuevo acto de creación". Y la lectura de la rima, con ese travelling imaginario de lejos al primer plano, es de lo más sugerente, con el candil encendido final, imagen del Nuevo testamento. Otra asociación. Y otra que me viene de inmediato: "perdido me vi en una selva oscura"
    2 - Me hice con las Rimas y leyendas de Becquer en la edición de 1871 extraída de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, (una mina). Al buscar la rima, que no recordaba, no fuí capaz de encontrarla y en buscador si la hallé. La razón del extravío, porque no se había publicado en la primera edición incompleta de sus obras completas. Se fueron añadiendo rimas y esta concretamente lo fué en La Correspondencia Literaria el 3 de marzo de 1872.

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  5. Bueno, Luís, pido excusas si he sido un tanto frívolo trayendo a colación esa rima. Rafael Montesinos, eximio becquerista recientemente fallecido, dice que es una rima "extraña" (porque termina en chiste), y que el primer editor, Ramón Rodríguez Correa, "tuvo el buen acuerdo de no incluirla en ninguna de las dos ediciones de las 'Obras' que dirigía antes de su muerte".

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  6. Joaquín: no te excuses porque me ha hecho hacer un precioso ejercicio de busca y captura. Claro que suena a chiste, el mismo que hago yo cuando meto al Dante al final. Pero en ese diálogo de Rima, miradon con ojos de siglo XX y de cinéfilo, si veo un travelling lento que puede llevarta reflexión.

    "Lo que parece no es,
    pero pareciendo, muda
    el saber del que lo ve"

    No lo busques porque acabo de inventarlo, aunque bien mirado no está del todo mal.

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  7. Ojalá yo pueda vivir en un bosque y con la mayoría de las características en que lo narras.

    Machado está colgado en casa, sé que lo has visto.

    Me llevo tus últimas líneas:

    Mentira es aquello que ha roto sus posibilidades de seguir siendo y ahora parece lo que será mañana, cuando nadie recuerde lo que fué posible.

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  8. Este nuevo look tuyo en blanco y negro...muy bien, con o sin niebla.

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