325 post son muchos, abarcan casi dos años de escribir en un ejercicio de la vocación y de la tenacidad. Se empezó por el paisaje y la deconstrucción. Se empezó por la voluntad de explicarse, uno a si mismo, la propia vida, sospechoso y cierto, todo es uno, de no saber demasiado de ella. Tanto vivido, tanto leído, tanto hecho y tanto dicho, no eran en aquel inicio en el bosque, sino la vaga intuición de un exceso de equipaje, valijas que conteniendo todo tal vez estaban carentes de cosas relevantes, escondidas en su propia humildad o en la pequeñez, o en la distancia.
Es incierto que el tiempo arrase aunque pueda parecerlo. No es verdad que uno mismo, en este caso el "uno mismo" que ha escrito durante dos años este blog, pueda mirando hacia delante soltar una frase categórica del tipo de "la vida es una estafa" en cualquier momento. El Hombre del Prado, cuando no era quien es ahora, solía ser categórico y saber de todo, confundiendo "saber" con "información"; tenía a gala poder explicar la realidad de cada día a partir de un editorial y en una lista aprendida de adjetivos, describía a cada persona o momento, con fe en la verdad: era de él.
Durante 325 posts, casi dos años de escritura, ha hecho un ejercicio personal de identificación de todas las certidumbres adquiridas a lo largo de la vida. Tuvo siempre, durante casi cuarenta años, la sensación de que en algún momento había abandonado un camino propio y señalizado por la vocación y el ansia, para meterse en un raíl de alta velocidad. Se metió en la vida y se dejó conducir por ella, siempre categórico, siempre verdadero, hasta que perdió de vista el lugar de la bifurcación. Hoy se pregunta por el tiempo cedido en un largo viaje que si resultó beneficioso en términos de confort, a punto estuvo de dejarle en una estación perdida en un páramo sin nombre: un lugar de espera decorado con exquisito gusto, sin dirección a seguir.
Bajó en la estación del bosque, consciente de un hartazgo de los demás. Sabedor de que el caos es la única realidad que se puede tocar, trató de atemperar los efectos. Ana enfermó de cáncer y por vez primera, miró al futuro como un paisaje frontal, como su propia vida, y presintió la ausencia. No se trata de la soledad de uno, sino de la ausencia del otro, lo que descarna la conciencia. El vacío está en ella, se diría; probablemente tuvo por vez primera en su vida, un atisbo de realidad que le cercaba. El tiempo y la enfermedad siguieron su curso y los resultados aliviaron la angustia: hoy por hoy no se muere, se dice, pero ha sabido lo que es verse desgajado de algo a lo que nunca había tenido por realidad.
En el balance de estos 325 posts, ha dicho adiós, convencido, a las ideas hechas imagen de las grandes cosas, patria, tierra, país, gentes, cultura, libros, ideas, afirmaciones, historia, cultura, libros, ideas, afirmaciones, adjetivos, historia, adjetivos, palabras, frases, imágenes... Descompuesto el contenido de la vida en fragmentos, acomodados estos en un almacén en espera de catálogo, ha conseguido finalmente ver la realidad, que es el ínfimo espacio que le separa de ella cuando duermen o cuando desayunan. Así, se dice, que la vida no es una estafa, pero está escondida. Y se dice que ha estado a punto de perderla de vista.
Tan vacío se ha quedado, que deberá volver a empezar para, ordenando las cosas, pasar de la deconstrucción a la construcción. Y en ello estará seguir escribiendo posts, pero otros diferentes a los 325 pasados, porque todo ha cambiado; Incluso tanto, que intuye que es feliz aunque no sabe, ni como ni porqué.
Te voy a ser sincero: Me importa un pimiento por qué te pusiste a escribir blogs. Lo relevante, desde mi mirada egoísta y sumamente interesada, es que formas parte del paisaje imprescindible de la blogosfera.
ResponderEliminarEnhorabuena por esa felicidad hallada, aunque no sepas c�mo ni por qu�. Y te dir� que me alegro de haber estado en alguno de esos senderos del bosque por los que has transitado y te has encontrado. He observado tu deambular, y en �l he aprendido, aunque tampoco s� muy bi�n qu�. Un abrazo.
ResponderEliminarIntunia que algo no iba del todo bién, me alegro que se haya solucionado favorablemente lo de Ana, por lo tanto si estás preparando la retirada, olvídalo, sabemos donde vives.-
ResponderEliminarSuscribo el comentario de Francesc, la referencia al paisaje imprescindible que hace Gregorio, y la enhorabuena por la felicidad imprecisa que menciona Isabel. Ni se te ocurra abandonarnos.
ResponderEliminarMe alegra que la salud vaya por mejores caminos; y de tu trabajo En el Bosque confío en seguir disfrutándolo cuando visito este blog.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Benditas tus letras porque por esta casita virtual te conocí.
ResponderEliminarA Mishima le agradezco el encuentro, lo recuerdas?
Y David te abrazó en mi nombre.
Estás en nuestros corazones Luis, lo sabes y me haces falta.
No dejes de escribir.
Abrazos muchos a tus amores.
Mi cariño.
Gregorio: te agradezco la sinceridad. Me ocurre lo mismo con tu Café, que forma parte ya de mi paisaje cotidiano.
ResponderEliminarGracias, Isabel. Te las doy por venir y por tus cariñosas palabras.
ResponderEliminarFrancesc: las soluciones son casi siempre provisionales, por lo menos durante un tiempo, y aún así dejan secuelas. Y en eso estamos. No me despido, el bosque sigue con los accesos abiertos.
ResponderEliminarJUlia: Seguiré, claro. El Balance era y es, más que otra cosa, una reflexión interna. Escribir el blog y leer vuestros blogs han sido dos ocupaciones enormemente enriquecedoras, a la par que demuestran que esto de la glogosfera no es una cuestión de individuos aislados.
ResponderEliminarPetrusdom: aquí sigo y ahí iré.
ResponderEliminarAy, Clarice, te abrazo con emoción, a ti y a David y a todos los que andais por ahí.
ResponderEliminarAmigo, construye y/o deconstruye lo que te venga en gana en cada momento, ¿por qué no haerlo?
ResponderEliminarSin embargo la vida "es" otra cosa
Celebrador, pues la verdad es que ante afirmaciones tanh rotundas como esa de "la vida es otra cosa", siento perplejidad, no se si curiosidad, pero perplejidad si.
ResponderEliminarBueno, un susto, lo del balance. Pero aclaras que no te vas. De irte, nos dejas en el bosque perdidos, y eso no se hace. Acecha en el terror de los cuentos infantiles.
ResponderEliminarLas relaciones virtuales no difieren tanto de las físicas. Son parecidamente fuertes, quizá más reposadas y, desde luego, del todo elegidas, hasta que se te imponen. Primero pensé que tenían algo de sabrosamente irresponsable: te largas cuando quieres sin más, desenchufas. Pero no. Pasan los años y los hay que somos fieles y, al igual que fuera de la blogosfera, seguimos con los amigos de siempre, que ya forman parte del paisaje cotidiano. Es como tener un barrio paralelo.
Lola
Recién llego, sabes que Celebrador te ha publicado??? De allí vengo y siento, que a veces no es necesario llegar a una enfermedad difícil para hacer un cambio.
ResponderEliminarPero, cuando llega, si podemos cambiar lo que nos ha tenido atrapados, puede llegar a ser una bendición, el valorar a quien tenemos cerca, rescatar el amor que se siente superando rutinas, incomprensiones y a veces ausencias, aunque parezca que estamos porque el cuerpo está sentado allí en una silla cerca de la mesa...
Yo estuve estos días investigando el tema de porqué y paraqué llegan algunas enfermedades... hay mucho para mirar, adentro de uno y también afuera, pues algunos de los que superaron situacónes difíciles dejaron una huella escrita, para que otros pudiéramos transitarla un poco, tomando lo que nos sirve y nos llega, para sacar algo positivo de lo que nos pasa, en lugar de desesperar y desconcertarnos y comenzar a sufrir pensando en que lo peor suceda...
Te pido disculpas si en algo te he molestado, entrando en tu casa sin ser invitada y volcando todo mi sentir en estas letras...espero que comprendas que mi intención es buena y si quieres puedes devolverme la visita, o escribirme si así lo quisieras, como no me conoces me presento: Soy Lidia, bastante nueva en la Blogesfera, que gracias a Celebrador conozco espacios, que de otra forma no se cómo podría haber llegado...
Lidia
No sé, pero creo que, por muy diferente que te propongas escribir en adelante, la huella de lo escrito anteriormente prevalecerá, aún sin proponértelo.
ResponderEliminarSerá que a mi me pasa, o tal vez me pase, porque sea más débil que tú, no sé...
De todas maneras, y por sobre todo, te felicito por esta felicidad que ahora te inunda. No hagas cábalas sobre de dónde viene y porqué ahora, sólo, vívela.
Saludos
Lola, las relaciones virtuales no lo son para mi. Lo he pensado bastante y he llegado a la conclusión que el tiempo va decantando un número de personas que van y vienen como por el vecindario y se comunican. Llego al extremo de crear rasgos vagamente físicos.
ResponderEliminarPara mi, el blog retoma tres cosas importantes de mi juventud:
- el narcisimo de "dejarme leer esto que he escrito"
- una especie de correspondencia epistolar a varias bandas, abierta a temas, como aquellos corresponsales extranjeros, que teníamos alguinos de adolescentes.
- la emoción de recibir una carta.
¿No es esto al fin una relación humana, en el momento en que traspasa la superficialidad de un comentario superfluo o ligero?
No creo que la vida sea 'otra'cosa, la vida es una compleja suma de cosas y las relaciones virtuales, cuando, de alguna manera, se consolidan, son más o menos como las 'otras'. Al menos para mi. Y, ciertamente, suscribo también eso de la emoción de recibir cartas o de que me las respondan, son, al fin y al cabo, sorpresas cotidianas.
ResponderEliminarSi, Julia, creo que es as´ñi exactamente. El blog no es vida virtual, es vida. Lo virtual no existe.
ResponderEliminarLidia: bienvenida. La aparición de la enfermedad en la vida es un elemento más. Importante y amenazador, pero uno más. Lo que considero importante es el tratar de tener bien claros cuales son los valores que integran la vida, y aquello que es superfluo.
ResponderEliminarTrini: la felicidad es un estado de ánimo, una cierta sensación de sosiego y placidez. No tiene mayor alcance. La importancia desasogante no ser feliz, sino sentirse infeliz.
ResponderEliminarHola Luis:
ResponderEliminarGracias por la respuesta que me das, y coincido plenamente. Lo que tiene la enfermedad como distintivo es que puede mostrarnos algún aspecto que andaba oculto a nuestros ojos y que aparece como síntoma o enfermedad, y esto por sí, es valioso. Si envez de asustarnos o enojarnos, o desesperar podemos tomarla como un mensajero, tal vez al trascenderla podamos saber más sobre nosotros mismos y contactar un poco más profundamente con lo que llevamos dentro y no pudimos expresar de otra manera...
Coincido también con la fuerza del contacto por escrito, yo también lo siento muy profundo y agradezco cada nueva posibilidad de estos encuentros!!!
Te saludo afectuosamente!
Lidia
Caray, pues no pensaba yo, de verdad que me parecía un perogrullo de lo más sencillote
ResponderEliminarUn punto fijo: Una respiración llega y luego se va, en un vaiven de ritmo perfecto. En cada momento de ese ir y venir, un sentimiento en un enorme "mecanismo" o "dispositivo" o "artilugio" o lo que sea de sentir que soy yo mismo
Eso es la vida. Punto pelota.
Y, además de ello, tambien ocurre que ocurren y des-ocurren cosas de forma constante en un subir y bajar permanente (una montaña rusa pero de las gordas), porque la vida se soporta en un entramado físico llamado el mundo, que es muy parecido a un ferial
Eso ocurre como consecuencia de la vida, pero no "es" la vida
Celebrador: un Nobel del que no recyuerdo el nombre, un químico si era, afirmaba en una frase estupenda que "la vida era una propiedad de la materia". Alguien añadió que "anómala", o mejor dicho, que la materia sin vida era lo normal, y la aparición de la vida una anomalía.
ResponderEliminarDicho esto, podemos discutir hasta el infinito sobre el significado del sustantivo o del adjetivo (vida, materia viva). Pero sucede que el lenguaje tiene acomodos, atajos por los cuales abandona las significaciones de exactidtud metodológica para entrar en territorios amplios donde además del significado propio, las palabras tienen el adquirido por el uso.
Así la vida es un acto de exacta significación de la materia viva, por el cual una porción de esta, está viva (nace, respira y muere) y vive (actúa en todo este interregno considerando no la actividad biológica, sino también sus potencialidades)
Así eso que para ti es lo que ocurre en el ámbito mecánico del respirar (estar vivo) y que está unido a una porción de materia viva (el hombre), es para mi un todo unitario: la vida de un hombre es su biología y lo que en el tiempo de su duración acontece.
Claro que un enfermo crónico podría decir que en su vida doliente y desgraciada acontecen cosas magníficas: pues bien.
Porque lo que pasa por mi cerebro es algo inherente a mi vida, que no es mecanicismo puro y simple, sino una conjugación de fenómenos físicos, psiquicos, químicos, y añade los etcs. que quieras.
Pues eso es lo que yo creo que es aquello a lo que muchos pìensan cuando dicen "la vida"
Voy a cenar con vinito de rioja brindando por ti y tu brillante deconstrucción en forma de blog, tu próxima (re)construcción, la buena salud de Ana, todos los guaus de Goyerri y la aparición del dios menor.
ResponderEliminar:-D dos años ya...cómo pasa el tiempo.