jueves, agosto 24, 2006

De lo que acontece en un paseo improvisado

1

Subo al bosque por el camino del vado, ahora seco, sin gota de agua ni rastros de humedad. Goyerri no me quiere acompañar: se cansa, es perezoso; está enfermo y debe mantener una dieta que inclumple buscando cualquier miga de pan por los rincones. No está para paseos, se queda en casa, tumbado en un sofá, rumiando su degracia.
Hace calor y la senda, cuesta arriba, pesa. Decido no caminar mucho. Me he metido un librillo en el bolsillo por si me diera por leer, pero llevo además tres o cuatro ideas en la cabeza a las que le voy dando vueltas. La luz es espléndida y entre los ramajes altos entran rayos de sol como nensajes del cielo.
2
He visto en televisión a ingenieros y arquitectos de Hezbollah planificando la recosntrucción del Líbano: el partido paga a los apropietarios de las casas derruídas una cifra importante de dinero. Además están montando sistemas de distribución de víveres y de ayuda social y hospitalaria. Me llena la perplejidad de no saber que cosa hace el Gobierno del Líbano. Entiendo que es él quien debería disponer de los fondos ingentes de que hace gala el partido. Comprendo que la población civil cierre filas en torno a él, y me pregunto si no haría yo lo mismo de ser un ciudadano libanés. Alá es grande, y Hezbollah es su mano derecha. ¿Para que va a querer una religión una estructura eclesial teniendo partidos así? Lo reconozco, me he puesto de mal humor y le he dicho entonces a Ana que me iba a caminar un poco; y he llamado a Goyerri, pero no es su hora. Se ha ido directamente al sofá y subiendo se ha tumbado después de las tres vueltas de rigor.
3
Puntualizo mirando al escaso horizonte del camino mientras constato que subiendo, la meta suele alejarse en la distancia en relación directa con el incremento del jadeo. Puntualizo he dicho: en cualquier caso nunca entenderé la necesidad de que una masa de creyentes tengan que organizarse en estructura eclesial. Las creencias religiosas suelen morar en el apartamento del espíritu, en el alma inmortal o mortal según sea solo entendimiento, conciencia, inspiración divina o lo que se quiera. Cuando varias personas creen en lo mismo se alegran y confraternizan; cuando son más se asocian y cuando son muchos se estructuran en organización jerarquizada y se llaman Iglesia. Creo que la realidad es la aspiración al poder y a la vida eterna entre los hombres, de la organización, lo que implica enseñanza, adoctrinamiento, expansión social, servicios y presión sobre los poderes públicos. Al fin influencia. Ya se que resumo las cosas de manera muy simple, pero aspirar al poder es poder.
4
Cuando leo a Hans Küng (me viene a la cabeza porque hoy he leído una referencia a él) y me refiero a cuando he leído Credo que es el libro en que desarrolla sus argumentaciones para justificar el porque debe creer el hombre de hoy, me pregunto algo que es terriblemente injusto seguramente, para con él: ¿cómo un hombre tan capaz e inteligente puede creer?
5
Al doblar un recodo del sendero encuentro una sudadera caída en el centro mismo, entre las piedras y la tierra. La veo al pasar pero no me detengo: me parece de pequeño tamaño; es gris con unas letras azulñes y blancas que no puedo leer porque los pliegues de la prenda me lo impiden. No la toco, no soy curioso, sigo subiendo. Al cabo de medio kilómetro veo bajar a un chico de entre 12 y 14 años; semicorre en ese paso rápido que ni es ni no es; se acerca a mi, me mira y yo a él, quiero darle una alegría y le digo alzando la voz: "está un poco más abajo, la sudadera gris". Él que ya me había sobrepasado se para y me pregunta "¿qué sudadera?" Tiene esa voz de pito de los chicos adolescentes. "¿No has perdido una sudadara gris?" "No, me dice, he perdido la cantimplora. ¿La has visto?" No, una cantimplora no he visto, le digo, y se marcha corriendo con su medio paso que ni es ni no es.
6
Yo recuerdo que con la lectura de Credo, (no me sucedió lo mismo con la del judaismo, que me pareció menos convincente) tenía una impresión compleja; sus razones para ofrecer una lectura de la profesión de fe de los cristianos para el hombre moderno no es que me parecieran aceptables, sino de hondo calado moral. Al acabar de leer me dije, yo podría creer con tanta convicción como él revela si creyera en Dios, pero no sé, no he creido nunca, ni de niño, ni en el colegio de los salesianos al que fuí durante dos años. Colocado en esa tesitura, no me quedaba sino reprochar a Kung su falta de visión, de mi visión.
7
Llego más allá de lo que creía. Me cruzo con un grupo de chicos y chicas que están sentados en el margen del camino. Un grupo de jóvenes produce una impresión de dispersión molecular, de que no existe empatia entre ellos y que cada uno tiene su quehacer, a lo sumo juntarse con otro. es el aburrimiento, la falta de interés en lo que hacen. Me curo en salud y les pregunto "alguno de vosotros ¿ha perdido una sudadera gris con letras azules?" "No, me contesta un rubita, hemos perdido una cantimplora. Y otro añade "Ya han ido a por ella" Pues nada, yo he visto una sudadera en el camino" Les digo adios, me contestan y me voy. No camino mucho, porque una voz me detiene mientras un ruido de fondo de voces me dificulta el entender. "¿Ha dicho gris con letras azules?" "Si" Y las voces de fondo son las de un chica que le dice a un muchacho indolente, alto y muy delgado: "es tu sudadera, Johni, la gris" y él le dice, "pero si no la he traido" y otro interviene "que si que la llevabas," y les dejo mientras dura la discusión hasta que una vuelta en el sendero me separa de ellos definitivamente.
8
Un cierto hartazgo me domina este final de agosto, pendiente de fijar una fecha para pasar un tiempo en la casa del cabo. Me he planteado empezar a escribir un proyecto en cuanto llegue allí. Llevo escritas 80 páginas que he decidido que no sirven para nada: ¡que dificil es escribir sin perderte del camino! Durante todo este año he escrito mi blog como disciplina, tratando de pulir mi lenguaje y de sostener un ritmo. Hay una diferencia entre el blog y lo que he escrito hasta ahora y me decanto por el estilo del blog. En el proyecto me esfuerzo en hacer literatura y en el blog charlo. Yo creo que escribo charlas, me digo en el sendero, y me divierte el juego de palabras que improviso en voz alta: soy el charlista de hamelin" Miro hacia atrás y no me sigue nadie.
9
Me viene a la memoria una historia judia que mi amigo S... me cita a menudo entre otras. Es la siguiente: dos rabinos se encuentran en una convención y al acabar la sesión de la tarde salen a cenar juntos. La cena es agradable y surge una apasionada conversación sobre la existencia de Dios. Llegan a la conclusión de que este no existe y se retiran a descansar.
En la mañana siguiente uno de ellos baja a desayunar y no encuentra a su amigo en el hotel así que sale al jardín; allí le encuentra haciendo la oración ritual de la mañana. Se acerca desconcertado: "pero ¿que haces?". "Ya lo ves, rezo mi oración de la mañana" "Pero bueno, hemos estado una larga noche hablando sobre la existencia de Dios y hemos llegado juntos, los dos, a la conclusión de que no existe. ¿Cómo se entiende que reces tu oración de la mañaña?" El otro le mira sonriendo y le dice: "Pero bueno, ¿que tiene que ver Dios con esto?"
¿Con cuanta ternura y afecto puedo llegar a no entender nada?
10
Llego al Prado Grande, donde está la casa del decorado de cine al que me referí hace unos días en otro post y me asombro: no está. No queda ni rastro de ella, ni del puente, ni del arroyo, ni del palomar. La pradera no tiene desperfectos, la hierba ha crecido, el prado está despejado y yo en medio de él decido ya volver a casa; lo haré por otro camino para no encontrarme de nuevo con los chicos, no me apetece. Recuerdo que he cogido un librillo de los que caben en el bolsillo para leer un rato y echo mano a él, por nada, porque no pienso leer. No está, lo he perdido, se me debe haber caído en el camino así que no me queda más remedio que volver por donde he venido. Me dolería perderlo, se trata de dos novelitas cortas de un autor japonés Ryunosuke Akutagawa: Kappa y Los Engranajes. Ya he leído la primera, que no tiene más 70 páginas y es encantadora y pensaba leer la segunda de decidir descansar. Vuelvo por el camino y no veo nada. Pienso en los chicos, probablemente lo han encontrado ellos; aprieto el paso; trato de oir sus voces. Nada, no están, habrán vuelto al pueblo o habrán tomado otro sendero. me resigno a volver a casa sin el libro. Al entrar en casa oigo la voz de Ana que se me dirige: ¿Sabes donde te has dejado el libro?" "No, donde, le digo, estaba buscándole, convencido de que lo había perdido" "Goyerri se ha tumbado encima cuando le has llamado para ir a caminar" Goyerri ha salido a recibirme, mueve la cola, salta de alegría y veo la mancha blanca del libro en el sofá. Acaricio a mi amigo.

11 comentarios:

  1. Cada día mejor, eh?
    (por lo bajito, digo: qué preciosidad!)

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  2. Delicioso, escribes a ritmo de paseante... (y muy simpático el cuento judío). Pues sí que te sigue alguien, sí...

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  3. Gracias, joaquín por tu visita y tu halago. El cuento es como mi amigo S. La importancia de Dios es secundaria, la de los textos es principal.

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  4. Permítame que te acompañe un poco por tu paseo. El todo de tu escritura, hoy, es como una invitación. Y te prometo no darte mucho la lata. Sólo dos cosillas.
    1) En el princiìo, Luis, está siempre la fe. Hasta en el amor, está la fe. Y es que, en última instancia todos creemos a nuestras convicciones.
    2)Lo acabo de leer ahora mismo: "Cuando en Israel se tortura, se viola un principio. Cuando es Hamas o Hezbolá quien tortura, se afirma un principio". No sé si estoy completamente de acuerdo, pero, en todo caso, podemos ir pensándolo en silencio.

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  5. Gregorio: Hasta cuando alcanzo una verdad, me cuesta tener fe en ella porque sé que, probablemente, su firmeza vaya disolviéndose. Como el alacrán del cuento, diría que seguramente en mi naturaleza.
    En loq ue tengo fe rayana en la certeza, es decir, doblemente fe, es en los principios que se ha ido imponiendo a lo largo del tiempo en nuestra civilización: las libertades que llamamos básicas, el derecho y la obligación a mantener el diálogo, etc.
    Tu frase me preocupa y pensaré en ella, porque creo que nos conduce al territorio de la acción violenta justa e injusta, muy resbaladizo. Por ejemplo: ¿Fué justa la invasión de la Camboya de Pol Poth, por Viet Nam? O ¿siendo injusta fué útil y salvadora? Por esa razón, la violencia de ETA, afirmando un principio (el del derecho de los pueblos a decidir su futuro), como tantos creímos en este país, ¿era justa? . Está claro que no has hablado de lo justo e injusto sino de principios negados o afirmados.
    En fin, meditar paseando y en silencio, de acuerdo,m esto ha sido solamente una parada. Hay que seguir.

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  6. Querido charlista de Hamelín,

    no sé cómo no me has visto cuando miraste detrás (claro, yo aparezco cuando menos te lo esperas)No sé qué has escrito en esas ochenta páginas lo que sí sé es que me encantan tus charlas. (Ah y sí, estoy muy bien, gracias :-) )

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  7. Ah que buena charla me has dado.

    ¿Qué tiene Goyerri?

    ...y no dejes de escribir.

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  8. Hola a todos:
    El problema de El Libano es que Hezbollah es en el sur del pais es en realidad el Estado. Asi de triste es la cosa.
    Saludos a todos.

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  9. Así es, wallenstein. Com financiación de otros estados interesados en que aquello no se resuelva.

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  10. Hola a todos:
    En ocasiones pienso que Hizbollah y El Libano no es mas que simple tablero de ajedrez donde volver a jugar al "Gran Juego".

    Saludos a todos.

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  11. De tu tranquilo paseo y reflexión, con tantos asuntos interesantes (como el tema de la fé y las creencias, o el sistema de reclutamiento que sigue Hezbollah con abandono del gobierno legítimo, o el juicio diverso que nos merecen las torturas según quiénes sean los verdugos y las víctimas), me quedo con esa promesa de escritura para cuando estés en la casa del cabo. - Y, según creo al ver el último post, ya estás en ella -. Hazlo, querido amigo. Y no sientas pena al descartar lo que ya está escrito, si consideras que debes darle un aire diferente, aprovechar todo lo aprendido en el blog. Seguro que el nuevo texto merece la pena. Y sabes que hay lectoras/es esperándolo ¿no?. Saludos muy cordiales.

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