jueves, febrero 28, 2008

Nueva etapa.

Este blog cambia de formato a partir de hoy mismo. En los últimos días ha estado su autor dando vueltas a la idea de seguir con lo hecho hasta el momento y no sabía como. Día tras día, últimamente semana tras semana, ha ido publicando unas columnas que no han sido que una pulsión necesaria. El aliento vital de los clásicos se ha convertido aquí en una corriente de palabras hilvanadas por ideas, o por el contrario, de unas ideas dispersas hilvanadas por palabras. La primera y su alternativa vienen a ser, representando cosas diferentes, sustituibles la una por la otra.

El que esto escribe está seguro de que un Post es un ejercicio del exhibicionismo de autor, que en el caso del negocio editorial alcanza la justificación de la notoriedad remunerada. En este universo de voluntad personal soportado por una tecnología anónima, la exhibición del texto no es una casualidad producida por el aburrimiento, sino la necesidad de comunicar en seres anónimos, abriendo un territorio desconocido, apelando a lectores, interpelado por ellos. EN EL BOSQUE ha sido, durante algo más de dos años, el lugar en que un hombre ha tratado de resumirse conociéndose a partir de una premisa: todo ser humano ha sido diseñado a imagen y semejanza de su tiempo en los días en que, incapaz de defenderse de ese diseño, no ha podido sino sentar cabeza y convertirse en alguien de provecho. Hay un momento en el cual conviene deconstruirse, recoger cada una de las piezas que le componen y guardarlas con mimo, no vaya a necesitarlas en el proceso siguiente de construcción de un YO, seguramente inseguro, pero cuando menos, vacío de todo lo superfluo.

Alguien a quien el Hombre del Prado respeta enormemente, desde su capacidad intelectual enorme y disciplinada, le decía hace una semana, que no podía "creer lo mismo que sus padres creían"; y en esa afirmación late la tragedia de una educación sentimental que alcanza desde el pupitre hasta la alcoba. Hace dos años, el Hombre del Prado, que decidió distanciarse del autor que escribe, como parte inicial del proceso de verse, cosa que es algo más que un recurso literario, decidió que era tiempo de conocer aquello en que creía, que era lo que sabía, cuales eran sus certidumbres, cuales sus disimulos.

Decidió escribir acerca de Él, que era acerca de sí, convirtiendo el paisaje en que vivía en un lugar de aislamiento, visible desde las ventanas frías de cristal y las emocionadas de los sentimientos. Una cierta soledad afloró, no trágica, sino seguramente aquella soledad que como una vestidura lleva cada uno de los mortales sobre los huesos y la carne. Existe esa soledad pues cada uno es su YO, y en ese personaje, vislumbra a los demás como la otra parte del universo. Nqadie puede negar que esa visión, a fuer de personal, es solitaria. Nadie ve lo mismo que el otro, o que los otros. Nada hay de vergonzoso en resaltar la soledad de cada uno, antes por el contrario, le parece que lo es afirmar la felicidad permanente del que actúa en el circo día y noche y desesperadamente se convierte en un ser "a modo de"...

Hoy ya sabe que no sabe prácticamente nada, y que nada le importa saber más. El saber es inalcanzable; no el razonar, darle al pensar por la emoción de divertirse consigo mismo. Pero saber, lo que se dice saber, ni leyendo todo lo escrito en la historia de la humanidad, se conseguirá saber a ciencia cierta, no lo que se sabe sino aquello que debiera ser sabido perentoriamente: tal vez el amigo en la mesa del restaurante apuntaba a ello, aquello que es imposible creer aunque en la emoción se desee. ¿Cómo saber cuan cierta sería esa certeza ausente?

El Hombre del Prado siente que se ha vaciado y que está ligero, como un cuerpo vacío de aliento vital esperando a que un alma de aire, más ligero que el éter, le llene de nuevo. Y en esa ligereza siente felicidad. Ha conseguido arrumbar a un infinito trastero la idea de que era, ante todo, un hombre preocupado y sabio y se siente feliz cuando puede considerarse un despreocupado ignorante. Es consciente de que a lo largo de su vida, ya un poco larga, ha seguido las modas que dictaba la razón de los otros, siendo él también y lleno consciencia un otro, y que sin reparar en como, ha dejado de contar con el exterior. La gran tragedia de la humanidad, piensa, ha sido dotarse de tan grave seriedad para explicarse, cuando probablemente no sea sino una casualidad, creada o no, en un juego de cósmica pequeñez.

Escrito esto, afirma que seguirá en el post escribiendo sus cosas, porque el bosque sigue siendo bello y Goyerri un fiel amigo.

14 comentarios:

  1. Qué impactante, pensaba que me había equivocado de bosque! Espero que el fondo literario no cambie, al menos no mucho más que los bosques a lo largo de su ciclo estacional. Buenos días, Luis.

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  2. Está bien cambiar. A mí me gusta (aunque lo que solía hacer era cerrar un cuaderno y abrir otro nuevo).

    No comparto tu idea de lo que es un post, ni tampoco lo que opinas sobre los motivos de escribir, lo que comentas sobre la necesidad de comunicar con personas anónimas, etcétera, pero supongo que son los tuyos, que cada uno tenemos los nuestros.

    Sí comparto, sin dudarlo, una de las últimas frases: La gran tragedia de la humanidad, piensa, ha sido dotarse de tan grave seriedad para explicarse, cuando probablemente no sea sino una casualidad, creada o no, en un juego de cósmica pequeñez. Hay jalones que, a mi entender, nunca deberíamos perder de vista en el camino, y éste, junto a la consciencia de nuestra ignorancia, es uno de ellos.

    Bon dia.

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  3. El bosque ha ido creciendo lentamente, y nos ha ido atrapando. Formamos parte de él todos tus lectores. No lo olvides. Ya no es exclusivamente tuyo.

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  4. Mi querido andador de bosques, claro que estamos solos.

    Mi sentimiento de felicidad es personal e intransferible, como mi sentimiento de desdicha también lo es. Si hasta mi gran tesoro, ese último aliento tomado que me permite vivir en este preciso segundo, no lo podía haber compartido, ni comprado, ni vendido, ni intercamiado, ni...

    Lo que ocurre es que me rodean otros series maravillosos (en mi opinión), que experimentan cada cual a su manera su propio tesoro, su propia vida; y hasta podemos maravillarnos de nuestra mutua compañía. ¿Por qué no?

    felizahora

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  5. MI querido anónimo: feliz ahora y siempre.
    Claro que estamos solos, pero sin estarlo porque en el dificil equilibrio de cruzar el cable, ora a una lado, ora al otro, buscamos asirnos a un vacío que sea consistente: son personas. Pero pienso que la soledad es un conocimiento obligado para quien quiere empezar a descubrirse, además del ánimo de buscar compañía. Igualmente está un cuerpo parado y empieza a caminar.

    Si siguiéramos, ¿y porque no? a Socrates en el Fedón, teniendo en cuenta que todo nace de sus contrarios, la soledad nace de la compañía y esta de la soledad. Y así hasta el infinito más cercano.

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  6. Jesús: cuando leo tu blog, que es casi cada día, me pregunto por la sutil muestra de discreción y vida. Te he escrito a menudo cuanto a dmiro tus pequeños retales de vida, las instantáneas que muestras y dejas abiertas a la casualidad de quien por allí pasa. Al cabo de todo, una cierta exhibición hay, ni la misma ni de la misma calidad, intensidad y categoría. Como el niño que llora en público en un rincón del patio del colegio, esperando que alguien vea su congoja y le diga unja sola palabra.
    Pero está claro que no haré apostolado de esta menra de entender el blog, que me recuerda a menudo al famoso antaño Speake Corners de Hyde Park. Me basta con visitar a menudo tu blog y leer tu cuaderno de bitácora. ¿Soy yo un voyeur?

    Nada más lejos de mi intención que esperar una polémica alguna, querido Jesús.

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  7. Julia: lo he variado aún más. La imagen de la cabecera es de mi hija, que me la hizo por mi cumpleaños y editó unas chapas metálicas que llevo en mis bufandas, con ese dibujo airoso y ligero. Un bosque es un bosque, es un bosque, es un bosque... que diría una canción conocida sacada de un poema conocido. No cambiará salvo en que el que vive en él si siente los cambios, y hoy es un poco más simple que hace dos años.

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  8. Luri: por eso he vuelto a abrir el bosque, para no perder a los amigos en una vaguedad nebulosa e intangible.

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  9. Me gusta mucho más ahora que con aquel rojo anterior, casi me asusto. La imagen que ha hecho tu hija me encanta.

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  10. Hace poco, me dijeron que el escritor literario que publica sus obras, no el que redacta sentencias, libros de instrucciones, leyes, en realidad está exponiendo públicamente el "sentido" que para él tiene la vida.
    Y a mi me parece que en las bitácoras que visito, como esta tuya, muchas veces interpreto ese "sentido" del autor y me agrada.
    Bona nit

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  11. Gracias, Julia, también por Ariadna. La verdad es que vive de ello. A mi no me ha cobrado.

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  12. Petrusdom: yo creo que en las bitácoras existe un cierto, casi siempre tímido y muy recatado impudor. Como en el escritor. Quien habla se expresa, comunica, conecta con los demás. Y la experiencia me ha enseñado que basta guardar silencio para que el otro hable de aquello que más le atañe.

    Tus paseos por libros, ¿no son también ese sentido?

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  13. No se dejaría. La dignidad es el estilo de él.

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