Leer con mesura y tiempo, con calma y lucidez, la magnífica serie que Omar Piña ofrece en su post y mientras tanto pensar en aquello que nos da y nos quita la historia a todos.
¿Poderoso caballero?, pues claro; como en todas partes y como siempre
Claro que en esas épocas las familias de hijosdalgos en España se iban arruinando (generación tras generación) al no permitir a sus vástagos dedicarse a los engrantes oficios, menus aun ¡vade-retro-satanás" al inmundo comercio
¿Poderoso caballero?, pues claro; como en todas partes y como siempre
ResponderEliminarClaro que en esas épocas las familias de hijosdalgos en España se iban arruinando (generación tras generación) al no permitir a sus vástagos dedicarse a los engrantes oficios, menus aun ¡vade-retro-satanás" al inmundo comercio
Muy interesantes, la historia siempre se redescubre.
ResponderEliminarme lo he apuntado en mi blog.
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