lunes, marzo 26, 2007

Diario. Nubes y sol. 7º

De la mañana fresca.

Paseo con Goyerri hacia el pueblo. El sol entibia el día, frío pero luminoso. Aunque al despertar he visto un cielo turbio de grises, la masa de nubes ha dejado paso a otras dispersas, blancas, entre las que el sol se derrama como un sol de invierno, más luz que calidez.
Pienso en Machado y cuando lo hago, la imagen que me viene a la memoria es la de su última fotografía, avejentado, delgado, parece que sin afeitar, cansado se diría que de la vida, pero vivo. Esa foto me traslada siempre a los últimos años de mi padre enfermo, cuyo rostro sufrió esa transformación hacia la vejez y la fatiga.
De toda la poesía que he leído, es la de Machado la única que me es familiar, quiero decir entrañable y cercana, como una voz de la infancia... Leyéndole no siento tanto la poesía sino el hogar.

Machado.

Me vienen a la memoria el último verso de Machado, escrito no se sabe donde, aparecido en el bolsillo de su gabán tras de su muerte y dado a la publicidad por su hermano José. "Este cielo azul. Este sol de la infancia". Es un verso de extraña hermosura que por su simplicidad y concreción parece oriental. Pero no eran sino dos frases que nunca completó el poeta.
Leía ayer un texto procedente de un catedrático, creo de literatura, que hacía un exhaustivo análisis de contenido y continente del verso, relacionado con la poesía de don Antonio; pensé que era un vano y presuntuoso intento. Sabiendo que el verso se pudo escribir en el trayecto entre Girona y Colliure, últimos días de la estancia de Machado en España, huyendo de las tropas rebeldes de Franco, uno puede reivindicar una interpretación trágica: el anticipo de su muerte.
Pero si nos enteráramos, por ejemplo, de que ese verso lo había escrito años antes, o lo había imaginado años antes, bien podría ser el inicio de una carta a Guiomar. Puesto que la interpretación es libre no diré nada más, salvo que a veces lo aventurado es banal.
Para mi Machado cerró sin saberlo su obra poética con un verso hermoso:

Este cielo azul. Este sol de la infancia.


El monumento a las víctimas del Holocausto

El paseo es tranquilo y agradable. Contrariamente a la norma Goyerri se niega a ir al pueblo y toma por una calle, más camino que calle, que rodea El Bohío, la casa de Samuel y Pilar. Será por intuición o casualidad, pero allí está Samuel y Goyerri, que le quiere mucho (en la medida en que la palabra "querer" pueda aplicarse a una carrera veloz y saltarina,) va hacia él. Está mi amigo junto a un enorme camión grua y con el conductor del mismo, suben a la caja, una escultura de madera que completa la instalación del monumento a las víctimas del Holocausto, que se está instalando en el el Parque de Juan Carlos I de Madrid.
La escultura forma parte de una colección de magníficas esculturas que Samuel ha hecho a partir de traviesas de ferrocarril y que tiene instaladas en el jardín de su casa. Es una Piedad, aunque él no lo llama así; una madre ofreciendo a una criatura desde sus brazos caídos. Samuel es un escultor para sí, dedicado a otros quehaceres, y desde mi punto de vista es un magnífico escultor de concreta expresividad a partir de una forma limitada a ángulos y planos e´ncontrados en las piezas de madera avejentadas de una vía férrea. ¿Porqué las traviesas? Probablkemente tengan una significación profunda que Samuel no me ha explicado y que tal vez no sepa, o no tienen ninguna explicación salvo para mi que conozco al escultor: hombre culto, de gran sensibilidad estética, lector y judío.
Le ha correspondido a él diseñar y producir el monumento, de considerable dimensión, hecho con traviesas de ferrocarril, hierro y acero. Las traviesas no son tal ya que no se pueden instalar al aire libre por razones de ecología, y ha tenido que tratar a toda la madera para darles esa apariencia. Es fundamental que lo parezcan, porque probablemente sean las vías de tren sobre las traviesas, que cruzaban Europa, uno de los elementos más simbólicos del crimen perpetrado contra los judíos durante el siglo XX.
Ayudo a subir la Piedad al camión, los dos sobre la caja, con la escultura, mientras Goyerri espera abajo. Recuerdo que el otro día manteníamos una conversación con Samuel y Pilar y sus hijos y ellos mantenían que el monumento, auspiciado por el Alcalde de Madrid, Gallardón, se llenaría de inmediato de pintadas y sería destrozado. Insistían algunos de ellos en la necesidad de dejarlo así para que todo el mundo comprendiera la historia y la rabia judía ante la permanente afrenta que se les hace. Les contrarié diciendo que entendía que quien pintara o destrozara el monumento sería una minoría y que la victoria sobre ellos estaba en la limpieza y restauración del mundo. La inmensa mayoría de ciudadanos ni siquiera se plantea tipo alguno de anatematismo.
Curiosamente leí ayer de pasada un artículo, que no recuerdo de quien era ni donde y aunque he tratado de encontrarlo me ha sido imposible, en el que se explicaba la dificultad que tiene el Estado de Israel para encontrar emigrantes en los países occidentales. con los que potenciar su masa demográfica frente al crecimiento de la de los árabes que son ciudadanos israelíes. Decía el artículo, y no se si eso es cierto, que el grave problema con el que el sionismo se encontraba, era la corriente asimilacionista que en la actual sociedad occidental protagonizan los judíos. Por tal razón ha desarrollado un programa de becas en el que se invita a los jóvenes judíos de Europa y EEUU a pasar seis meses de post graduado en Israel para conocer a la sociedad judía y aprender el idioma.

Cataluña

Leo en la prensa de hoy que un dirigente de Esquerra Republicana ofrece a CiU un cambio de alianzas electorales para darle el gobierno de Cataluña. ER abandonaría la actual alianza y desharía el equilibrio difícil e inestable de la actual coalición. La condición sería que los convergentes garantizaran la convocatoria de un referéndum sobre la auto determinación de Cataluña, con vistas a iniciar un proceso de independencia.
Desde mi catalanidad sentimental que no política, siento una enorme amargura.
En este tema, como en el de la política española en general, digo como Cicerón con motivo de la guerra civil entre Cesar y Pompeyo: "sé de quien debo huir pero no a quien debo acudir".


El Lugar de los Tánfidos

Es el título provisional de una novela que trato de escribir hace años. Llevo en ella tres intentos y no encuentro ni la manera ni la forma. Este último parecía conducir a un final feliz y casi doscientos folios justificaban el esfuerzo final, pero una relectura sosegada, además de una inquietud sentida más como emoción que como razón, me alejaban del esfuerzo construido.
El suicidio de Ático, el íntimo amigo de Cicerón, en su casa de Roma a causa de una enfermedad a la que no quiso hacer frente siguiendo sus principios epicúreos, es el eje verídico de una reflexión moral con la que no acierto. Después de muchos folios escritos, no encuentro ni a Cicerón ni a Ático.
Hay en la figura de Ático algo que me fascina desde que leí las cartas que Cicerón, casi a diario, envió a su amigo. Las cartas de este no se conocen, no quiso que se publicaran conjuntamente. Algunos sueltos nos llegan desde las mismas cartas del político, que no cesaba de pedirle consejo, ayuda y cariño. Era una amistad profunda y entrañable desde la juventud. Cicerón, inteligencia privilegiada, fue un hombre de acción de acuerdo con sus principios, que establecían que el hombre virtuoso debía poner su virtud y fortaleza al servicio del gobierno de Roma, mientras que Ático, virtuoso y rico a la par que epicúreo, mantenía la actitud vital de no intromisión en los asuntos políticos. ¿Era por eso menos virtuoso? ¿Era simplemente un teorético? Para Cicerón la vida teorética no era útil sino se llevaba a la práctica, y esa era la vida que llevaba su amigo.
Volver a empezar no me preocupa porque nunca he tenido prisa ni pretendo publicar nada. Escribo por gusto y vocación con el mismo placer con el que leo; nada más me empuja. Como Proust, que empezó innumerables veces su "Busca del Tiempo Perdido" y de hecho llegó a terminar Jean Sauteil, que no fue definitivamente sino un borrador, lo único que necesito es tiempo si realmente lo importante es acabar el trabajo, que no lo sé.
Vuelvo pues a mis notas y a reconsiderar el estilo. Bulle en mi cabeza un objetivo: no describir la realidad tal y como la vemos, sino tal y como la intuímos.

De un artículo en ABC de German Yanke.

Por no sacar de contexto el párrafo que copio, recomiendo su lectura, así como la del de Pablo Sebabstián en el mismo número de hoy. Germán Yanke escribe:

Permítaseme, de todos modos, recordar una anécdota que cuenta Robert Spaeman en su Crítica de las utopías políticas y que, ante lo que está pasando, se convierte en categoría. Recuerda el filósofo alemán a un diputado socialdemócrata de la época del ascenso del nazismo que había escrito un libro contra las ideas políticas de Platón. Alguien le dijo que, con lo que estaba ocurriendo en Alemania, parecía un modo de alejarse crípticamente de la realidad, a lo que respondió que prefería, para debatir con sus enemigos políticos, elegir la versión más inteligente de los mismos. Es una elegancia intelectual a la que, ciertamente, estamos desacostumbrados hoy en España.

6 comentarios:

  1. "Sé de quien debo huir pero no a quien debo acudir". ¡No sabes hasta qué punto lo suscribo.

    En este caso la dinámica política nos empuja a la paradoja: demostramos de manera inapelable que el movimiento se demuestra huyendo.

    Voy a tomarme un buen trago del aguardiente más espeso que tenga. O, quizás, como se dice, en charnego por cataluña, una "barrecha".

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  2. A mí también me ha impactado y gustado mucho esa frase.
    Y creo que aquellos de los que parece ser huímos también a su vez huyen, aunque ellos huyen hacia delante.

    Luis, me ha gustado muy especialmente lo que cuentas sobre la labor de escritura de tu novela. Hasta creo que, quizá sin ser consciente, ella, la novela, también huye.

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  3. Roma, me gusta mucho la idea de que la novela huye de mi. Se me escapa algo y d ebo volver a empezar a buscarlo y a correr tras ello.
    La frase de Cicerón es imprsionante, porque resume la angustia de un hombre al que los acontecimientos irracionales sobrepasan. Por eso es tan acorde con los tiempos, en los que nuestros políticos (todos con mayor o menor responsabilidad) han optado por dejarnos solos.

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  4. Luri: te acompaño en la "barrecha". Libemos alegremente.

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  5. Gran frase, Cicerón, hombre humano y contradictorio habló con inteligencia de la 'senectute' pero no le permitieron morir de viejo.

    Pienso en Machado a menudo, ahora que pasó por delante de una casa requisada por la Fai, donde estuvo, antes del exilio, en Barcelona. Además, mi hermano está leyendo la biografía que salió recientemente y me cuenta cada vez que nos vemos...

    Siento lo de Catalunya, parecía que el panorama político estaba, por lo menos, tranquilo. Creo que no pasará de una tontería más, espero... Siempre parece que vivimos mejor 'en contra de...'.

    El antisemitismo resurge, poco meditado, por desgracia, cuesta poco caer en tópicos y prejuicios, la ignorancia es atrevida, como se dice vulgarmente.

    Sobre la creación literaria, como en todo, el camino es más importante que el destino final.

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  6. Gracias, Julia, diría que por tus gotas. Me alegra leerlas.
    Viven algunos contra el Otro, porque eso les da entidad y naturaleza. Como en el poema de Kavafis, aunque por otras razones, una sociedad depende entera de la llegada de los bárbaros, que nunca llegan. ¿Que sería de ellos sin ese esperar? ¿Sin la figura imaginada, o inventada, de los bárbaros.

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