miércoles, octubre 11, 2006

Poder o no poder



Hace tiempo que quiero escribir una entrada sobre el poder pero siento una vaga crispación cuando pienso en ello. Aquí en el prado el poder es un elemento accesorio, supongo que incluso de una transparencia casi rayana en el desprecio. No se si me refiero al alcalde, o al teniente de alcalde, o a los números y suboficiales de la guardia civil, que son ahora encantadores y saludan al pasar por delante de casa en sus flamantes vehículos todo terreno; el sargento del puesto es una sargento y los números, salvo alguno que otro, son jovencísimos correctos y sonrientes. No, este no es el poder. Será aquí, porque debe de ser y estar, el poder de una autoridad lejana, una Junta autonómica que no se ve ni adivina salvo cuando se viaja a Segovia y ves en un edificio que se está remodelando destinado a una función administrativa. El poder se pirra por las construcciones y la obra pública, esto es así desde tiempos inmemoriales. No se trata tampoco del poder ideológico de la Iglesia, reconozco que en fiestas hubo una procesión y que también suena la campana los domingos para llamar a misa y que, lo digo con cierta nostalgia, no he visto nunca al sacerdote por la calle o cuando menos no lo he reconocido. Aquí, si hay poder es el de los constructores y los especuladores del suelo, pero no se quienes son. De la gente a la que conozco muchos se dedican a construir, comprar, vender chalés, apartamentos o bloques de pisos, pero he de reconocer que no parecen exactamente el poder ese que decide talar un bosque entero un sábado, en connivencia con el alcalde y la Junta Autonómica, porque la sentencia que lo impide, no llegará por correo hasta el lunes. Eso si es poder, me digo, y ha pasado aquí cerca: en un pueblo que se llama Las Navas del Marqués. Me entero que alcalde y Junta van a recurrir esa sentencia de la Audiencia porque lo que quieren es acabar con el pinar (por cierto que se repobló hace menos de treinta años y uno se pregunta ¿para qué repoblar si el destino va a ser el mismo que si no se hubiera hecho?) La gente del pueblo ha intentado parar la tala pero el alcalde quiere que siga, y entiendo que se juega los votos de sus vecinos, o tal ves se trata de unos pocos vecinos, pero el alcalde es poderoso, más que la Audiencia Autonómica y recurrirá porque no quiere el pinar sino los chalés, mil seiscientos con cuatro campos de golf. Tal vez duplique la actual población del pueblo madre, y eso da que pensar sobre el poder, porque la gente ya no sabe donde vive, o lo que es más exacto, donde va a vivir sin moverse de sitio; sobre eso solo tiene poder un alcalde y unos cuantos concejales.

El poder es algo cercano, común, asumible y fácil de aprender; lo sé y lo escribo porque lo he tenido y usado en escalas pequeñas, en dosis de cocina si se quiere. Cualquier ser humano tiene a su lado un porción de poder del que puede hacerse, apoderarse, como si de un caramelo se tratara. Es el pequeño poder que alivia el ánimo cuando uno descubre que corre el peligro de no ser nadie, de no ser reconocido. Yo lo descubrí un día en que, propietario de una pequeña compañía, dirigiéndola, con un número de entre 25 y 30 personas trabajando allí de manera regular, fuí a entrar en una sala en que un pequeño grupo estaban escuchando un chiste que alguien contaba y al percibirme se hizo el silencio. "Seguid, seguid, les dije, ¿cómo acaba?" No, no, sonrieron con la cabeza gacha, y se dispersaron como si se tratara de una manifestación no autorizada. Eres poderoso, digo, cuando no puedes asistir a las conversaciones de la gente que trabaja para ti, o cuando si estás en un grupo con ellos, masticas el silencio de todos esperando que seas tú quien marque el territorio de la conversación.

Se es poderoso cuando cuando se tiene el control sobre las cosas y el nombre de las mismas; cuando se tiene el hilo de la realidad y cuando nadie se levanta para irse de una reunión sin autorización. Cuando se consigue ese nivel de sonido alrededor tendente al silencio, el poder viene a habitar muy cerca y empieza a atormentar la eterna pregunta del afecto: ¿porqué no me quieren? ¿Porqué solo parece que me quieren? ¿Y porqué han de quererete? Es que soy bueno, dice el poderoso. ¿Y eso que importa? El poder, se quiera o no, insulta, escupe a la cara la indignidad de súbdito. No basta con ser bueno y parecerlo además, sino que lo mejor que se puede ser es sincero. Se es poderoso cuando se reta al otro a que diga la verdad sobre uno mismo, dime lo que piensas de mi, ¿que es lo que hago mal? y el otro calla o halaga. ¿Cómo no creer que es sincero? ¿No somos todos tan sinceros que dejamos el poder encima de la mesa? El poder es tan cercano que leí no hace mucho que un porcentaje terrible que no recuerdo, de seres normales y queridos, se comportaban y eran esquizofrénicos ligth y psicópatas caseros. Cuando se grita se tiene la razón, o cuando se golpea la mesa, ¿quien lo duda?

No escribo sobre el sutil poder del amor o del deseo, o el de la avaricia. Hablo sobre el poder cotidiano de la gente que nos rodea y trato de saber para que sirve, a que objeto satisface. ¿A la riqueza? Creo que no, la función principal del poder no es enriquecer a nadie, pienso yo, sino demostrarle que es alguien por encima de la media y de la norma. Este pequeño poderoso de andar por casa quiere levantar la cabeza y ver a todos los demás desde la perspectiva del peluquero, por encima de las cabezas; se lo ha merecido; lo ha ganado con el esfuerzo y la inteligencia, ha sido listo, hábil, sabio y piensa que podría llegar mucho más alto si la opoprtunidad se presentara. A veces pienso que todos, o casi todos porque, dejo fuera a los pusilánimes, podríamos ser Hitler o Mao o Stalin o Franco (siento debilidad por poner al general cerca de los otros tres) por poner ejemplos cercanos. Bastaría con la oportunidad y un poco de esfuerzo. No quiero insultar a nadie y quien me lea y crea conveniente hacerlo que se excluya, pero creo que pocas cosas son tan difíciles como negarse a poder, en el nombre de Dios o en bien de los demás.

9 comentarios:

  1. LOs griegos diferenciaban de manera clara entre "kratos", "basileia" y "bía".
    "Bia" es la fuerza bruta, la que tiene el gagnster que te apunta con una pistola al corazón.
    "kratos" es el poder legítimo.
    "basileia" es la autoridad que sustenta todo poder.

    La fuerza desposeía de autoridad es una de las cosas más pornográficas que pueda haber.

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  2. La autoridad se confiere, Luri. Es una de las cosas que trataré de analizar si sobrevivo a este blog que se rebela. Quiero decir que la víctima entrega autoridad al vérdugo, o el sirviente al amo, por su propia posición, más allá de la normal actuación del poderoso, la actuación ética.
    Este blog se me ha complicado un poco.

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  3. Es curioso, acaban teniendo vida propia -los blogs, digo.

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  4. JaJaJaaaaa, con los blogs pasa como con los hijos, que se van haciendo mayores, toman sus disposiciones y tienen sus propias voluntades, y eso que los críamos nosotros... ellos crecen y a nosotros nos toca correr tras ellos, a remolque, pero si no fuera por ellos... me atrevo a decir que no avanzaríamos.
    Estoy segura de que lo solucionarás en poco tiempo.

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  5. Acabo de leer la "entrega" "Poder o no poder", pues hasta ahora, aunque había entrado a tu blog y lo había visto, no lo había leído.

    Me creerás si te digo que a mí el poder no me hace tilín?

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  6. Roma, el problema del poder es que en ocasiones no sabemos que lo ejercemos. Ese es también el problenma del post, que no explica lo que quería.

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  7. El poder es jerarquía. Es tu estatus en el ámbito donde te mueves. No hay otra salida, es así aunque no quieras, aunque lo detestes. Es un contrato sin papeles asumido por las partes. No hay ningún problema con el poder mientras no se abuse de el. No se puede evitar estos silencios que los que habla, aunque se pueden moderar si consientes. No hace falta ser muy inteligente para saber cuando se te adula y cierta franqueza en el trato ayuda para evitar situaciones comprometidas. El problema de poder es cuando de manera deliberada o acomodaticia lo utilizas para engrasar tu vanidad o para someter a tus inferiores. El poderoso debe luchar con el que es mas poderoso que el y ser tolerante y magnánimo con sus subordinados. Maquiavelo no está de acuerdo

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  8. Cerillo: has expresado en muuy pocas líneas mi conclusión frente al poder, aunque yo trato de hacer incapié en lo que es facilmente corrosivo: la voluntad.

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