martes, septiembre 26, 2006

VI - El islam que yo se: Un mecanismo encallado

Asomándome al oeste desde la ventana de la cocina, al caer la tarde, mientras sorbo un te, me pregunto si cuando creemos saberlo todo llegamos a saber algo. Los árboles no dejan ver el bosque y a su vez el bosque, tan lleno y rebosante, no permiten que la vista se detenga en un solo árbol. Nuestra limitación está en la perspectiva, la imagen escogida como el mejor punto de vista y su fijación en el tiempo y en el conocimiento. A veces hablamos de alguien al que no vemos hace años y hacemos de su presente lo que ya es pasado; dialogamos con él como lo hicimos y probablemente haya muerto o haya cambiado de pensamiento. ¿A que viene esto?
He visto ponerse el sol desde esta ventana que es amplia y hace ángulo en dos fachadas de la casa y siempre ha estado un viejo y algo achacoso pino en medio de la vista, dividiendo en dos el espacio, creando con su copa una mancha oscura en el centro mismo del cielo que cambia del azul al púrpura. Me doy cuenta de que no he visto nunca, desde esta posición que ahora ocupo, lo que hay detrás de su copa redonda y amplia; si lo he visto, claro, desde los dos laterales, o dejándolo atrás al caminar por la calle paseando con Goyerri, pero no desde la cocina, cuando tomo el te o recojo los platos y pongo en marcha el lavavajillas. Nunca he visto lo que hay detrás y me sorprende que no haber reparado en ello. Está claro que no aspiro a cortar el pino, o a podar su copa aunque fuera solamente para darle una mayor fuerza. Mis principios conservacionistas me impiden sacar el pino de su lugar, pero es que además, el pino no es mío, en de un propietario que no soy yo y eso lo hace inalcanzable. Siendo así como es, tendré que aceptar que nunca veré ese trozo de cielo que me falta contemplar desde la ventana de la cocina. Soy pues impotente para mirar en esa dirección y ver otra cosa que aquella que me ha sido dada.
La luz de la revelación me alcanza, de manera casera y por supuesto nada espectacular; es simplemente que he encontrado el ejemplo para aplicar a cuanto intento narrar, aportar de mi conocimiento y reflexión. Lo reconozco, soy lector de mi mismo, me preocupa el fondo y la forma y aquellos lectores ocasionales que me visitan (muy pocos y ya es mucho), deben perdonarme mi manía de narrar peripecias personales: no tengo otras.
Cada vez que recorro con mi mirada los libros sobre el islam y los paises de su influencia, que hay en mi biblioteca, y son una buena cantidad, o cuando reflexiono sobre los paises que conozco, que con mayor o menor premura he recorrido y conocido tratando de hablar con gentes y de ver con mis ojos las imágenes que deben ser después explicadas a mi cerebro, me detengo ante un obstáculo: la carencia de modernidad. Es como una mecanismo que se encalla inexorablemente en el mismo sitio y allí zumba y zumba esforzándose en seguir por el vástago que ha de recorrer, pero incapaz de hacerlo. Durante un tiempo, el marxismo pensó que él era la modernidad en el mundo intelectual árabe, pero fué un espejismo producido por el comportamiento dogmático y doctrinal de la teoría. Y aún así, hay que reconocer que hubo un marxismo que se esforzó incluso en trazar su aporte de materialismo dialéctico respetando a la ideología religiosa en el centro del escenario. Espejismo: el sistema rechazó lo doctrinal y de quedarse con algo, fué con el concepto de socialismo práctico que, cercano a la Internacional Socialista trató de enconmtrar caminos hacia la modernidad. Las curiosas fotos de Gamal Abdel Nasser o de Sadam Hussein los muestra de hinojos en el suelo de la mezquita, alzadas las manos. La sociedad no se transforma, sí los líderes. Dios es grande.
La búsqueda del obstáculo que detiene al mecanismo en su marcha hacia el individuo acaba mostrando una escala de valores, que unidos y conjugados impiden la evolución de las sociedades árabes hacia lo que en Occidente entendemos por una sociedad de libertades.
1 - El primer elemento salta a la vista: el individuo no es el elemento primordial de la sociedad islámica; lo es la umma, la comunidad. Los derechos son de la umma, las libertades son para la umma. El escalón individuo desaparece en el seno de esa masa que se mueve según la jerarquía de líderes determine.
2 - Los derechos y las libertades vienen determinados por el Libro y la tradición. El Libro es increado, dictado por Dios. La tradición es el espejo de los hechos del profeta, el elegido de Dios. ¿Quien podría atreverse a modificar una coma, solamente una coma, de los textos?
3 - El idioma es increado. ¿Cómo modificarlo de aquel idioma medieval que era útil para desenvolverse en unas circunstancias que han desaparecido?
4 - El poder salvaguarda los textos con vocación de eternidad. El poder es religioso y si el dirigente político se enfrenta a él, es probable que, a pesar del propio martiriro del ejecutor, aparezca un voluntario que asesine al servidor de Satán: Annuar el Sadat, sin ir más lejos.
Abdallah Larui escribe acerca de los intelectuales en Islam:
El intelectual se forma por una cultura; esta nace de una conciencia y de una política. Digamos aquí algunas palabras sobre dos tipos de alienación: una evidente y abiertamente criticada, la otra tanto más insidiosa que se niega por principio. La occidentalización significa desde luego una alienación, una manera de ser otro, de desdoblarse (aunque el juicio sobre esta transformación pueda ser positivo o negativo según la ideología que se adopte); pero hay otra forma de alienación, habitual aunque oculta en la cultura árabe contemporánea: es la medievalización insensata a la que se llega por identificación casi mágica con la gran época de la cultura clásica. En efecto, la política cultural de todos los Estados árabes combate la alienación occidentalizante por dos medios: la santificación de la lengua en su forma arcaica y la divulgación de las obras del pasado (la resurección del legado cultural) Ahora bien, ¿como no ver que la fosilización del lenguaje y la elección de la cultura tradicional como signo distintivo de la nacionalidad son el medio más decisivo de mantener vivo el pensamiento medieval, así como una eficaz artimaña para borrar de las conciencias la experiencia misma de la positividad histórica.
Ikram Antaki sostiene que mientras el idioma siga siendo intocable, el pensamiento árabe estará imposibilitado para acceder a la modernidad. El radical religioso, en el islam, cree que piensa por si mismo, pero al rescatar el idioma de la tradición y proyectarlo al exterior, es la medievalización la que habla usándole a él como portavoz.
Cuando me siento a escribir esta entrada en mi blog ya es noche cerrada y yo pienso que el mecanismo está obligado a zumbar y zumbar hasta desgastarse su energía, tratando de vencer el obstáculo, fijado ahí de manera permanente desde el mismo inicio de sus tiempos.

10 comentarios:

  1. Y no crees que el extremismo islámico no es una forma de modernización, un poco estraña y quizá superficial, y claro, en dirección contraria a la deseable, pero modernización al fin y al cabo.

    ResponderEliminar
  2. De nuevo me encuentro -sobre todo al principio del texto- con un aire orteguiano... del Ortega de Las meditaciones del Quijote.
    M euno a la pregunta de RMF, pero con un añadido (temeroso): ¿Y si el radicalismo es la forma natural del islamismo?

    ResponderEliminar
  3. No creo que sea la forma de la modernidad, entendiéndola como tal. La modernidad es un atributo de la cultura occidental y en ella está inserto el individuo. Si podría ser una de las formas en que se presenta el progreso de una sociedad que no considera al individuo como punto de partida de su construcción. Es, creo yo, el centro nuclear de su problema.
    En cuanto al radicalismo como forma natural del islamismo, en teoría si es su posición natural por cuanto la medievalización es la postura natural de la sociedad. Lo que sucede es que existe una "contaminación" occidental, lo que llama Lauri alienanción (en el caso de los intelectuales)y se trata de ver si esta contaminación puede llegar a contagiar de manera casi definitiva.
    Observemos como sociedades bastante occidentalizadas como Irán e Irak han caído o se debaten en el retorno a lo medieval. De la misma manera que el fracaso soviético en Afganistán con el actual rebrote talibán. En este sentido, la segunda invasión de Irak puede haber sido un error. Hace unos 20 años Lauri ponía a Irak y a Siria como ejemplos de posibles futuros.

    ResponderEliminar
  4. Siempre me ha parecido curioso que las ideologías más uniformizadoras (comunismo y fascismo, pero también la sociedad de masas en que vivimos) sean productos genuinos de occidente, y por eso supongo que modernos. No sé si en contradicción con el hecho que el individuo deba ser el punto de partida de la sociedad; quizá a la mayoría de individuos les gusta disolverse en la masa.

    ResponderEliminar
  5. Pero si te fijas bien RMF, todas las ideologías transforman al individuo en parte integrante de umma (comunidad) y le arrebatan lo que tiene d eindividuo. Y por alguna razón, han sido rechazados. En occidente las "comunidades" han sido impuestas y han desaparecido. ¿Algo que pensar?

    ResponderEliminar
  6. Independientemente de reflexionar sobre lo del islam, me tranquilicé al leer tu introducciòn.

    abrazos

    ResponderEliminar
  7. Totalmente de acuerdo salvo en un matiz: yo diferencio entre modernidad y moderno. Creo que se puiede ser moderno sin haber pasado por la inición de la modernidad. El uso de las tecnologías es una facultad del hombre en la sociedad en que vivimos puesto al servicio de las ideas pre-modernas. En cuanto a los otros atributos del islam, creo que son los de su historia inicial: imperialista lo fué, dogmático lo fué, etc. El salfismo de Al Quaeda trata de recuperar (creo que es ese es un objetivo hipotético) el paraiso perdido. La realidad es que lo que en un primer plazo trata de recuperar es el control sobre los Estados árabes y Bin Laden se presenta como el nuevo califa, jerarquía abolida por Tuirquia en 1927.
    Quiero señalar un punto que me llama la atención: todos los totalismos tienden a la creación de la comunidad (la umma) en forma de partido único o de súbditos silenciosos. Desde ese punto de vista, todas las ideologías totalitarias, y creo que el islam lo es, se comportan de maneras arecidas.
    Muchas gracias por tu visita y tu exposición

    ResponderEliminar
  8. Me resultaron de interés, por el contraste de sus opiniones, respecto de las mías. Las de René Guénon con relación al Islam. Es cierto que son muy anteriores a la época actual, como también que este
    pensador es menos reconocido en España, que en su Francia natal. El
    hecho de su conversión también es una particularidad, como profundo conocedor que era de las diversas religiones, al igual que en ciertos
    aspectos su "discípulo" Eliade, sus
    tesis están dotadas de una originalidad, tal vez reaccionaria,
    pero en todo caso atractiva.

    ResponderEliminar
  9. CareiroMe resultaron de interés, por el contraste de sus opiniones, respecto de las mías. Las de René Guénon con relación al Islam. Es cierto que son muy anteriores a la época actual, como también que este pensador es menos reconocido en España, que en su Francia natal. El hecho de su conversión también es una particularidad, como profundo conocedor que era de las diversas religiones, al igual que en ciertos aspectos su "discípulo" Eliade, sus tesis están dotadas de una originalidad, tal vez reaccionaria, pero en todo caso atractiva.

    ResponderEliminar