Sóc jo mateix
el meu malson.
No ens destriem,
peró potser
ara refuso
d'esguerdar
els fixos ulls
sentits al fons
de les respostes
del mirall. (1)
He tenido que venir a la biblioteca a buscarlos porque no tengo memoria poética más allá de diez o doce poemas aprendidos de niño o adolescente, pero sí recuerdo bien aquellos que me han impactado en su contenido. Está fuera de contexto, pues la referencia literaria es un libro dedicado a la Semana Santa, pero justamente es sacándolo de contexto cuando yo leo el significado que me place y cuadra.
Vuelvo al trabajado y trabajoso jardín: romero, menta pipirita, hierbabuena, tomillo salsero, tomillo limón, albahaca, mejorana, lavándula y perejil, despliegan en un parterre situado frente a la salida del salón, el aroma de la cocina y del campo mediterráneo. Sacaré la ajedrea y el hinojo del invernadero para completar la línea. Como en paréntesis andan la especies encerradas entre verónicas de flor menuda y amarilla, que en invierno hiela y hay que trasladar bajo cristales. Igual que las begonias, que en la sombra aguantan bien el verano, pero dormitan un invierno más cómodo en cubierto. Estas que tengo floreciendo, van para tres años en este trajín de poner y sacar, y se mantienen lozanas, junto a unas de bulbo que no se si saldrán aunque ya debieran; por el momento el terreno se muestra en desnudez absoluta. Debo podar cuatro plantas de boj de pirámide, poco, apenas recortarles la forma, que después de un primer año trabajosos han acabado encontrándose bien y se muestran ahora en plenitud y ganas.
Frente a la puerta de entrada de la casa subida en plataforma en lo alto de unas escaleras de piedra blanca de Campaspero, caliza muy blanda en la que cuando nieva y amenaza helar hay que abstenerse de echar sal como se hace con el granito, la piedra de musgo o las berroqueñas, porque la caliza se disuelve con la sal y rompe, o agrieta como mal menor, tengo plantado un árbol de voz bella y sugerente: un "serbal del cazador" cuyo nombre técnico es "sorbus". Es árbol alto y esbelto que da una flor en rácimos rojos cuando arranca el verano que da gloria verlo, en la distancia por las pinceladas de color que los pintores aprecian, y en las cortas por el detalle. Le pasa lo que al laburno, pero este en amarillos. Estos dos, con el castaño, se dan aquí en los járdines de toda la vida y por eso se les llama autóctonos, aunque en su momento serían extraños para los nativos de la zona.
Pienso también en el predio sabino de Horacio, que le regaló Mecenas y en el que habitó hasta su muerte. En medio de las montañas, su pequeña finca producía lo suficiente para vivir y para comerciar y el poeta vivía feliz a caballo de sus Odas y de sus amigos, de sus cántaros de vino y de los corderos bien asados en el horno de leña. Eso es para el invierno, ahora viene el tiempo de chuletitas al fuego y de esqueixades de bacalao, ya se sabe: bacalao desalado en tiras, olivas negras, cebolla cortada, aceite de oliva y un poco de pimentón: gloria puro como entrante frío si además se le acompaña con un blanco fresquito (no frío por favor, que se pierde el sabor) de Rueda o de Penedés, rotundo a ser posible. Hago cada verano para un grupo de amigos y vecinos con los que me llevo bien un plato que me sale decente y apañado: pollo con langosta. Procede del Ampurdán y hay quien lo hace con langostinos, pero por hacerlo una vez al año merece una buena langosta, fresca a ser posible, no congelada, con su sangre y su jugo. Es de cocinar medianamente trabajoso y si sale bien de mucho lucir. Al mediodia, bajo el toldo, con un tinto (el que se prefiera siempre que sepa a bueno para el paladar del que lo elige) y mesa bien puesta y adornada, es comida a recordar que excita la conversación y la lleva de manera natural a otras comidas y otros placeres.
(1) Soy yo mismo
mi pesadilla.
No nos separemos,
pero quizás
ahora me niego
a mirar
los fijos ojos
sentidos en el fondo
de las respuestas
del espejo.
Ayssssssssssssss, cómo me he puesto! los dientes, de tan largos, me arrastran por el suelo.
ResponderEliminarMmmmmmmmmmm, pinta muy bien ese panorama. JajAjaa. Buen provecho!!
Estoy sentada en el pasto - escondida- detrás de un gran ficus, observando como acaricias tu jardin y tus ojos se deleitan en describir los placeres olvidados.
ResponderEliminarRegresaré a escondidas y me robaré todos los tomates. Me impregnaré de cada hierba y me convertiré en copa para tu mesa.
Sólo por el simple hecho de que mis ojos sigan escuchando tus letras.
Se me olvidó decirte que me gusta mucho el verso.
ResponderEliminarGracias Roma, me ha salido un post elegíaco. la verdad es que lo buscaba. Y la verdad, llevo cinco días de jardinero y estoy molido, así que tenía que adornar un poco la labor del campo.
ResponderEliminarClarice: estás invitada a tomates, y más aún, a "pan con tomate, que es una delicia de mi tierra.
Precioso jardín. ¿Pollo con langosta? no sabía de esa combinación gastronómica, huele bien.
ResponderEliminarHuele y sabe, Ana C...
ResponderEliminarBeatus ille...
ResponderEliminarViví casi ocho años en Bañolas. Allí lo cocinaban con cigalas (pollastre amb escamerlans). Es muy típico de aquella zona, platos de mar y montaña, les llaman, y están muy ricos.
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