miércoles, diciembre 15, 2010

Carnet de Ruta

Si anochece es porque se va la luz, y si amanece porque viene. Es así de sencillo el lenguaje: una sola palabra dice un mundo cuando un mundo de palabras esconden lo más simple del lenguaje. Llorar es mostrar dolor, reír alegría. Hablamos de mímica natural. Sin embargo el espejo lo complica todo, porque verse, no es comprender sino que es ver con la procesión que va por dentro. Si, es complicado descifrarse a uno mismo.

Ayer fue día de catarro, algo metido en la garganta, hoy sigue, pero menos. Ha pasado el día frente al monitor, alisando, dejando la superficie de las palabras, como para que se pueda pasar la uña. Eso decían los romanos del trabajo bien hecho.

Escribe Grossman en Años de Guerra, acerca de Yerémenko, que éste general consideraba a la guerra como la continuación de la vida, y que en ella no existen los misterios kantianos de "las cosas en sí". La frase no es especialmente brillante, o sí, pero no dejó la punta de la hoja doblada por eso, sino porque le pareció graciosa. Se dijo que algún día la usaría.

Hace menos frío en la playa que en el prado. Gatito ya se sube por las noches a la cama y duerme entre los dos. Entre las cinco y las seis de la madrugada, le entran unas enormes ganas de jugar, lo que no ha hecho en todo el día; mordisquea los dedos de los pies, se tumba indistintamente sobre los cuerpos, indistintamente, se estira, o salta al suelo y corre por debajo de la cama alocadamente, para volver a subir y al cabo de media hora quedarse dormido. A veces parece triste y se piensa que echa en falta el bosque; otras está muy alegre y parece todo lo contrario. Cosas de mímica.







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