viernes, marzo 16, 2007

Solo

Me dicen de alguien que está muy solo y que causa compasión. Claro, la soledad no se deseable. Este de quien hablamos viene a pasear al prado acompañado de una perra vieja, como él lo es también. Es hombre de porte elegante, de hablar pausado y aspecto triste. Es verdad que evidencia una gestualidad de solitario al que la vida ha ido aislando. Diríase, al verlo caminar, que lleva a cuestas la mochila de soledad que cada cual llevamos y que la soporta muy llena. En ocasiones coincidimos e intercambiamos palabras al tiempo que nuestros perros se olisquean para luego ignorarse. Lo que lleva la edad, me digo, es además de la soledad el desapego. Pero este hombre está solo según me cuenta su vida en varios encuentros. He hablado de su gestualidad: la cabeza alta, el caminar , ya he dicho, pausado, un palito en la mano siempre distinto, recogido al azar de cada día, las manos a menudo a la espalda. Un día me dice: ¿que quiere usted? la soledad es lo que queda. Me cuentan de él que fué mujeriego, usan otra expresión, "muy putero" y que eso le costó el matrimonio. El me dice "mi mujer y yo fracasamos, ¿sabe usted? No siempre las cosas salen bien." Taciturno siempre ha tomado ligera confianza conmigo; pienso oyéndole que considera a la soledad como una carga. Las chicas, cada cual hace su vida...

La soledad es buena, me digo, fructífera y en muchas ocasiones hace compañía. Dice el RAE que es "la carencia voluntaria o involuntaria de compañía". Comte-Sponville escribe que la soledad es nuestra condición ordinaria y añade que "estamos solos para ser lo que somos y para vivir lo que vivimos". Rilke escribía que el amor y la muerte se aproximan porque nadie puede amar o morir en nuestro lugar. La soledad es para Cervantes "la alegre compañía de los tristes" e irónicamente, según creo, Cioran escribe "Desconfíen del rencor de los solitarios que dan la espalda al mar, a la ambición, a la sociedad. Se vengarán un día de haber renunciado a todo eso". François Mauriac tiene una hermosa frase que dejaré como colofón de este resumen: "Cada uno somos un desierto". Yo añado, en mi modestia litúrgica del pensar y escribir : "no estamos solos, somos solos."

Porque estar solo, ya lo dice el RAE, es a veces carencia voluntaria y otras involuntaria. Estar solo es cuando los demás nos abandonan, cuando nos desertizamos de gente, agotada nuestra posibilidad de compañía. Debe ser este el caso de mi amigo taciturno al que he aludido en el primer párrafo. La soledad es lo que queda, luego no siempre se sintió tan desolado, o asolado si se quiere. Pero pienso que la soledad es condición natural del ser humano y lo otro es sociabilidad, necesidad de los otros, empatía, simpatía. Deberíamos decir del hombre que es solo y que su condición natural es "ser solo", que no es estar, y que desde este "ser solo" busca mejor o peor diversas compañías en mayor o menor escala.

El paseante que soy yo, que lo hace con su perro al lado, al que a veces le habla, del que se deja guiar y con el que da vueltas a las cosas que de poco le han de servir, pero que tanto le placen, no hace un esfuerzo para "ser solo" sino que posiblemente lo haga cuando llega a la compañía, al abrirse a la vida común que realmente ha elegido. Reconoce que le gusta estar consigo y que, salvo arranques cortos de mal humor, es hombre alegre al que los demás le reconocen una cordialidad espontánea y abundante. Le gusta ser así y tratar con los demás, para conocerlos, disfruta con ello. Pero se sabe solitario y habla consigo mismo como mejor compañía. Es hombre solo.

La comunión de dos es pasión , abandono de la natural condición de "solos" y entrega desmesurada de esa condición al otro como la víctima entrega la vida al verdugo en el sacrificio ante los dioses; la amistad soledad acompañada. Ya no se trata de acudir al "nacer y morir solos" sino que debemos reconocer algo que no veo en las frases citadas ni en muchas otras que he recopilada y dejado en libros subrayadas: "pensamos solos" ¿Qué estás pensando? nos pregunta el otro cuando percibe que nos hemos ido muy lejos encerrados en nuestro pensar, en nuestro ensimismamiento, que es meterse en uno mismo, en sí mismo, en el yo. Tan lejos ven que nos alejamos que en vez de decirnos "no te vayas tan lejos" nos preguntan por los pensamientos, conscientes de que son los caballos que nos llevan a la lejanía.

Ensimismamiento es en el RAE "recogerse en la intimidad de uno mismo, desenténdiéndose del mundo exterior". Quien se ensimisma suele pensar, darle vueltas a las cosas. Pensar, que viene del latín pensare (pesar, calcular) es según el diccionario aludido "imaginar, considerar, discurrir". Para pensar uno debe abstraerse y ensimismarse, o probablemente uno pensando pensando acabe abstraído o ensimismado; sea cual sea el camino se suele llegar a uno solo, uno que es solo, porque es él, y piensa en soledad para su propio provecho o de los demás, o para nada. Ensoñar, que es manera de pensar, fluidez de los pensamientos. etereidad del objeto que se piensa, del mundo que se piensa, es forma de imaginar y también en soledad.

También se ama solo, uno al otro, o a los otros, desde uno, lo que refleja con mayor dramatismo, con extensión trágica, la soledad del individuo. Se ama a, quien sea, y se espera ser amado por quien sea. Una y otra cosa son patentes soledades que necesitan beber del otro, compartir con el otro goces y placeres que solamente proporciona la compañía, pero para satisfacer la fuente de necesidad del individuo solo, del que es solo y ama, del que es solo y quiere. Querer es también actividad del solitario que quiere para sí, sin compartir el tener, porque si el otro le quiere va a suceder lo mismo, cada cual quiere o se quieren para tener y no para ser tenido: imposible romper el aislamiento.

Por la noche, en el inmenso vacío del prado, rodeado por el bosque, escribiendo o leyendo en mi rincón de libros, con las ventanas que apagaron sus imágenes hace horas, me reconozco feliz en la soledad que soy. Desde mi soledad quiero a los de mi cercanía, porque me niego a escribir, a los míos; ninguna propiedad tengo de personas ni de afectos y lo que me dan lo recibo con gusto. Desde el solo que soy, pienso y escribo.

10 comentarios:

  1. Claro que es muy distinto ser un solitario que un abandonado. Hay -me parece- en la condición de solitario más una educación de la voluntad que un aprendizaje de la frustración.

    ¡Luis, cada vez afinas más y mejor! ¡Qué textos magníficos!

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  2. Creo que tienes razón cuando hablas de la condición de solitario. El solitario tiene conciencia de su soledad, de su aislamiento existencial, porque es obra de si mismo.

    Gracias poor tu comentario sobre mis textos.

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  3. Yo entiendo la soledad como un sentimiento que se puede sentir aunque uno no esté solo. Uno puede no sentirse solo estando solo. Estar solo es distinto a sentirse solo.
    Me da cierto corte ser tan minimalista en mi comentario, pero es todo lo que se me ocurre.

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  4. Roma: no entiendo lo del corte por el minimalismo del comentario que es lo bastante explícito.

    Lo que yo sostengo es que la personas no "están" solas, sino que "son" solas, es decir, de naturaleza en soledad y tienden a la compañía en mayor o menor medida, pero siempre siendo "solos", es decir: ellos mismos.

    Hay quien huye de su "soledad natural" y quien no.

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  5. Sí, estoy de acuerdo contigo en lo que dices, que las personas "son" solas.
    Lo de tender a la compañía o tender a ser solitario es una cuestión de caracter, que yo creo es independiente del sentimiento de soledad, de ese saberse que se "es solo", que puede atacar a cualquiera en cualquier momento.
    Me siento demasiado simple a tu lado, esa es la razón de que me de corte escribirte estos comentarios.

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  6. Roma, no se que quiere decir simple. Tu comentario me hace pensar y mi artículo a ti también. Es intercambio.

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  7. "Diríase, al verlo caminar, que lleva a cuestas la mochila de soledad que cada cual llevamos y que la soporta muy llena"

    Esta frase que ha escrito me ha hecho ir a buscar un poema que había leído
    y que me había hecho pensar sobre como había cambiado con el paso de los años en mí "mi soledad".Me gusta disfrutar de ella.
    (cuando leo un poema que me gusta, lo hago mío)

    CAMPO DE SOLEDAD
    La soledad que a veces, todavía
    te seduce a deshora, te somete
    a un trato vejatorio, ¿no es la misma
    que antaño te solía visitar
    sin previo aviso, a horas intempestivas
    o anunciándose de repente
    con suavísimo trato de ramera?

    La soledad de ahora se acrecienta
    en su propia renuncia selectiva,
    expande sus tentáculos
    por las circunvecinas cavidades del ocio,

    Pero ya tú no eres el mismo que solías
    contribuir de grado a su caducidad,
    ya eres otro inquilino
    de esa dudosa deshabitación
    que aún te otorga un consecuente
    atisbo justiciero, una vaga
    decencia inculpatoria, el desdén por lo obvio,
    un repudio pugnaz por todo lo sectario
    y esa humilde, obstinada convicción
    de que todos aquellos que abominan
    de los transgresores
    padecerán un día ese otro suplicio
    que otorga a los gregarios su propia soledad.

    J.M. Caballero Bonald
    ( Manual de infractores)

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  8. Red Sonja:

    La soledad de ahora se acrecienta
    en su propia renuncia selectiva,
    expande sus tentáculos
    por las circunvecinas cavidades del ocio,

    Me viene al pelo

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  9. Me gusta cuando estoy solitaria. Lo disfruto.
    Pero también me matas con tus letras, la de los afectos y la de la soledad con la cercanía.

    En fin, tema para mucho.

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  10. hoy ya tengo 42 años,
    que bueno ha sido para mi leer "solo"
    gracias

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