miércoles, enero 10, 2007

Releer o la evidencia del no saber.

El paisaje que no llega


Un comentario en uno de mis últimos artículos decía que se relee cuando se empieza a estar de vuelta. Creo que es acertado, pero me gustaría acercarme más a definir el porqué de la relectura, porque al fin y al cabo "estar de vuelta", si es quien lo evidencia el que lo está, es un convencimiento que puede ser hijo de la vanidad o incluso del egoísmo, entendiendo éste como una deformación del ego al alza, mirado por uno mismo. Claro está que mi corresponsal no ha pensado en esto y ha escrito metafóricamente a vuela pluma, pero "estar de vuelta" es una convicción personal y las convicciones las carga el diablo. En el mismo momento en el que le di la razón y escribí que si, empecé a preguntarme si yo estaba realmente de vuelta o empezaba a "estar de ida".

Gente hay a mi alrededor que se pregunta a que viene este meterme en tales berenjenales semánticos, y lo comprendo, pero al mismo tiempo veo que ellos comprenden el sentido sencillo de las cosas, el atajo del lenguaje, y realmente no se preguntan que es lo que quieren decir las palabras cuando se pronuncian. A mi me cuesta saberlo, sobre todo porque en demasiadas ocasiones me despreocupo de los significados que creo comprender a la primera emisión de la voz; suele suceder que media hora más tarde me pregunte que es lo que ha querido decir tal o cual fulano o zutano, al referirse a una cosa.

Son dos las cosas a las que me quiero referir y trataré de situarlas en el tiempo y en el paisaje, porque creo que ello es absolutamente primordial. En el tiempo porque en estos días primeros de enero ha desaparecido el frío que se esperaba y la nieve que vino y se fue como ave de paso y ahora estamos con la preocupación de que no nieve de verdad. El agua de los embalses depende de eso y puede ser grave. Pero lo que también depende de ello es la sensación del escamoteo de una mes de nieve cerrada como hemos tenido en años anteriores, en los que la masa de árboles de la linde del bosque parece una hilera de guerreros amenazadores a punto de invadir el prado. En el tiempo porque acabo de cumplir años y esta vez si me ha desconcertado un hecho que debe de ser significativo: no me ha gustado. Sinceramente, no me gusta el número: 63. Y en el paisaje, porque no cayendo la nieve ni la lluvia, el paisaje adquiere una tonalidad intermedia entre el otoño en que todo se va secando y el invierno en que todo muere o se retira a invernar. Pero ¿a que invierno? Lo único que de él tenemos es la temperatura exterior que de día sube a 14º y de noche no llega a bajar de 0º o de hacerlo se trata de unas décimas.
Permanezco en el tiempo y en paisaje indeciso, sin saber a donde ir ni que pensar. Los días van siendo más largos, con gran contento de Ana pero las cosas no suceden como deberían. A esto ya debería estar acostumbrado porque si alguna experiencia he adquirido en la vida es saber que, justamente, las cosas no suceden casi nunca como debieran, que es como se desea. El ser humano suele acomodarse a esa especia de infortunio y medio felicidad que es el pasar y de tanto hacerlo no adquiere la evidencia del absurdo, que es la distancia entre la vocación y la realidad. Cuando la estación te abandona y el paisaje se convierte en otro, de poco sirve pensar que el año que viene todo cambiará, te está siendo robado un invierno en el que te veías caminando por la nieve bajo las copas de los pinos, que desprenden con el lento deshielo, en las horas de sol una sorpresiva nevada tardía.
Ahora vuelvo pues al inicio y esta digresión tiene razón de estar donde está y de producirse: si el tiempo y el paisaje fueran los que deben de ser yo no hubiera reparado en la frase de mi amigo y ello no me hubiera llevado al pesimismo tradicional que casi siempre me acompaña, cuajado de innumerables estrellas de pura alegría: no se vaya a pensar de mi que soy un pesimista desabrido. no.
Creo que para apurar los significados, no se relee cuando "se está de vuelta" sino cuando a uno le asalta la ignorancia que se construye día a día y que siempre va a más; es la ignorancia que el tiempo va produciendo con esmero y finura pero en la que no todos reparan. Cuanto más se conoce más abismal es lo que se ignora. Se relee cuando se descubre que hay lagunas enormes en la comprensión de las cosas. En una frase brillante de Ignacio de Loyola he apoyado parte de mi vida personal y profesional: "En tiempos de tribulación no hacer mudanza", y yo añado "y volver a las fuentes" a releer.
Y la segunda cuestión es "estar de vuelta". Yo creo que cuando uno está de vuelta es porque ha perdido todas las seguridades, arrumbado los dogmas y se ha convertido en un descreído (que en este caso no tiene que ver con la religión, o no directamente). Un descreído de aquello que se cree a pies juntillas porque no tiene vuelta de hoja, y es curioso constatar como para decir algo en este terreno se acude a las suma de frases hechas que actúan de disipador de incertidumbres.
Yo empiezo a estar de vuelta porque mis certidumbres se han evaporado y aunque creo que sé muchas cosas, fragmentos, evidencias parciales de esto que llamamos vida, y lo es, hay algo que no sé e intuyo que es esencial, pero ni lo se ni (y esto es lo más grave) sé lo que es.

6 comentarios:

  1. Ortega llamaba a su método filosófico "el método de Jericó", porque, decía, hay que dar vueltas y vueltas en torno a la realidad para encontrarle alguna fisura por la que arremeter. Si vemos cada vuelta como una fase de nuestra biografía, entonces cada "estar de vuelta" es la conquista de una nueva perspectiva. Y en algunas -yo ya vivo en ella- las premuras por lo nuevo dejan paso a la necesidad de sustentar los cimientos. No está mal estar de vuelta.

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  2. No lo está, Luri. Uso la expresión como punto de partida tratando de desmontar el autoengaño de la edad y la experiencia. Crep que en cada nueva perspectiva uno percibe más horizonte, más vacio, menos construído, más liberador.

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  3. Me detengo en el primer párrafo.
    He releído pocas veces. Pocas veces me ha merecido la pena o no. O no puedo releer todo aquello que no supe degustar en su momento... con esta madurez o espiritual, o biológica si se quiere...

    Prosigo la lectura...


    (de vuelta de nada yo no estoy, eso seguro)

    Es muy curiosa la operación de dejarse ir sin semánticas y luego pensarlas... repensarlas o intuirlas por primera vez... Encuentro con el Elemento Asombro

    Si también pudieramos escucharlo dos veces como fue dicho. Pero seguiría pasando como con lo de su lectura, por ejemplo.. algunos sí, otros como yo menos y tantos nada...

    A mí los años terminados en 3 tampoco suelen gustarme. Ni en 7. No sé por qué. Me suenan duros. E incluso en 9 y este suyo los suma.


    Hace poco, perdón, estaba escribiendo con el uste (como por sistema pero es que tú tono, con el que escribes, me sitúa en el paisaje del respeto)...

    Te decía que hace poco yo estaba en camiseta en mi norte y tú me hablabas de tu nieve en tu ¿Este?

    Me produjo extrañeza ese contraste... tu nieve y mi ventana abierta. Y recordé cuando el año pasado en febrero jugué una noche con copos de nieve a las ocho de la noche (pista de tenis). Era la sensación contraria a ésta del no saber donde ... y sin embargo me lo tomé como un prodigio feliz.

    Tengo esa tendencia a conformarme con todo lo que trae el tiempo. Escucho a la gente... que asco llueve, que asco hace frío, uff este calor insoportable. No me gusta preocuparme de lo inevitable porque me parece una perdida de tiempo :)

    (sólo voy leyéndote y me sugieres cosas que pensoteo)

    Y yo siento que no saberlo y estar con el alma en vilo por si así terminamos por descubrirlo antes de estar de vuelta a la tierra, por decirlo de alguna manera, los huesos a la tumba donde si algo fue ... ya no es... es el sentido de muchas vidas con sentido, con fe. Y no en Dios. Si no en la vida

    Otro beso para el círculo íntimo.
    Un rato agradabilísimo en tu espacio del bosque luis

    Gracias por él
    Kasandra

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  4. Kasandra: tu comentario es un post, ¿añ hilo del mío? Bueno, es un universo en si. Me ha gustado mucho leerlo.
    Verás: se relee cuando toca y probablemente cuando los años pesan más de lo que te pesan los tuyos. Eso pienso.
    Paso al usted: Mi centro - oeste. Tierras segovianas, en la montaña, en la sierra que separa (no se porque nunca decimos "une" Segovia con Madrid.

    Una de las cosas que resultan fascinantes en el blog es la inmediatez de lo discorde. En ese artículo de la nieve, Umla me hablaba de estar en camiseta, como luri, en el Mediterráneo. Como usted.

    Un beso.

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  5. Sí, probablemente era casi un post al hilo del tuyo :)

    Lo que me surges...

    Ayer te nominé (vale como si un pudiera tomarse esas atribuciones... como el mejor blog de la blogosfera... pero es qué... un bosque en estos tiempos es un bien tan escaso...)

    Y sí, yo también tengo curiosidad por el peso de esos años... pero antes voy a Vivirlos. Luego cuando pesen más... los releo y lo releo todo, lo que fue memorable.

    más besos

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  6. Un cierto vértigo con eso de "el mejor blog de la ...". Le doy la importancia de tu aprecio. Gracias, Luis

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