Un enorme catarro ha dado conmigo en la sima profunda de la desgracia; cuando alguien se siente como yo, me consta, se considera nada y nadie y gime, a cada paso gime con la voz o con el sentimiento. Lleva en las manos, de forma permanente, cuatro o cinco frascos de píldoras y una botella poequeña de agua de mar para inyectarla a presión por la nariz y destapar, aliviar, descongestionar, los conductos que unen la nariz con la inteligencia, y no es una broma lo que escribo: cualquier atisbo de inteligencia desaparece en estas circunstancias.
El día es epléndido y el sol radiante. La temperatura, habiendo caído un poco es todavía veraniega. En el pueblo han convocado una concentración pidiendo una variante para la N VI, que lo cruza inmisericortde, aproximadamente un tráfico de 50.000 vehículos días. Curiosamente esta concentraci´pn la convoca el alcalde, cabeza de un consistorio que no se ha preocupado lo más mnínimo del tema durante años y años. ¿Porqué lo ha hecho ahora? Probablemente porque se ha formado una asociación de vecinos y han empezadoa llamar a la televisión de Segovia; es posible pues que eso le haya puesto las pilar al alcalde. Votos son votos e intenciones también.
Me viuene a la memoria una anécdota de tiempos de nieve en un pueblo cercano, Cerezo de Arriba. Hará cosa de 5 ó 6 años, nevaba, era por la Epifanía y yo aguardaba a un grupo de amigos que habían entrado en un bar a tomar unas cervezas. Goyerri y yo, impertérritos bajo una ligera nevada que dejaba huella en cabello y barba, estábamos sentados, ambos, en el bando de piedra de la plaza. Un hombre viejo, pequeño y enconvado, de esos hombres de nudos como los sarmientos, se dirigía al bar acompañado de su perro, que le seguía pocos pasos atrás. Pasó frente a mi y se detuvo, se me quedó mirando y al cabo, levantando un dedo señalizador me dijo. "Déjeme que le diga una cosa. Se parece usted mucho a su perrito" Tenía razón, ambos alternábamos el cabello blanco con el negro y nos adronábamos de nieve. Pensé que debería haber hecho la comparación al reves, pero deseché el pensamiento enseguida: cada cual pone el orden donde le parece.
Poco es este texto, pero menos es nada.
El día es epléndido y el sol radiante. La temperatura, habiendo caído un poco es todavía veraniega. En el pueblo han convocado una concentración pidiendo una variante para la N VI, que lo cruza inmisericortde, aproximadamente un tráfico de 50.000 vehículos días. Curiosamente esta concentraci´pn la convoca el alcalde, cabeza de un consistorio que no se ha preocupado lo más mnínimo del tema durante años y años. ¿Porqué lo ha hecho ahora? Probablemente porque se ha formado una asociación de vecinos y han empezadoa llamar a la televisión de Segovia; es posible pues que eso le haya puesto las pilar al alcalde. Votos son votos e intenciones también.
Me viuene a la memoria una anécdota de tiempos de nieve en un pueblo cercano, Cerezo de Arriba. Hará cosa de 5 ó 6 años, nevaba, era por la Epifanía y yo aguardaba a un grupo de amigos que habían entrado en un bar a tomar unas cervezas. Goyerri y yo, impertérritos bajo una ligera nevada que dejaba huella en cabello y barba, estábamos sentados, ambos, en el bando de piedra de la plaza. Un hombre viejo, pequeño y enconvado, de esos hombres de nudos como los sarmientos, se dirigía al bar acompañado de su perro, que le seguía pocos pasos atrás. Pasó frente a mi y se detuvo, se me quedó mirando y al cabo, levantando un dedo señalizador me dijo. "Déjeme que le diga una cosa. Se parece usted mucho a su perrito" Tenía razón, ambos alternábamos el cabello blanco con el negro y nos adronábamos de nieve. Pensé que debería haber hecho la comparación al reves, pero deseché el pensamiento enseguida: cada cual pone el orden donde le parece.
Poco es este texto, pero menos es nada.
La anécdota de que te pareces a Goyerri es muy buena, sobre todo porque seguramente es verdad. No sé cuál puede ser la razón, pero dicen que los perros se parecen a sus amos y yo me voy fijando siempre en eso, los miro a los dos, y ciertamente, curiosamente, salvo excepciones contaditas, los perros se parecen a sus amos, y viceversa.
ResponderEliminarSalud! Mucha salud!!
Y es que, las cosas como son, los hombres no estamos hechos para enfermedades menores. Nuestro organismo quisiera vérselas con trabajos propios de un Atlas o un Sísifo y, sin embargo, hinca la rodilla y dobla la cerviz, como el orgulloso sicanbro, ante un plebeyo catarro. Las mujeres jamás entenderán esta tragedia existencial.
ResponderEliminarY, por supuesto, toda mi solidaridad. ¡Ya que vamos quedándonos sin principios, al menos mantengamos intacta nuestra lealtad a los prejuicios!
ResponderEliminarMantengámosla, Gregorio, con fe y con esperanza.
ResponderEliminarPaso a dejar mi saludo
ResponderEliminarun abrazo
Pues a pesar del catarro...escribes estupendamente. Infusión de orégano con miel, algo cura y está muy rica.
ResponderEliminar¿No es ideal para la pasta fresca?
ResponderEliminar...y eso que es un catarro y mira lo que escribes, qué será cuando tengas fiebre?...al punto que me has hecho reir en cuanto a Goyerri y tú..pero es cierto, ellos se parecen a nosotros que hasta tienen nuestras mismas enfermedades.
ResponderEliminarprontos alivios...
apapacho a Goyerri
Clarice: lo curioso es que´este viejecito que se me acercó entendió que el sujeto principal era Goyerri, al que yo, (objeto secundarío) me parecía. Debía tener toda la razón del mundo, creo que sigue siendo así y que muchas de las personas que me conocen en estos alrededores es por Goyerri.
ResponderEliminarYa estás mejor?
ResponderEliminarQué pena que aquí no haya que escribir la palabrita clave-llave para editar los comentarios porque igual daba para un nuevo diccionario de maravillas del lenguaje y sus significados más ocultos. Tu ozztes se está haciendo célebre, al menos por las risas que ha ido convocando. Lo viste?
Salud!
Gracias, Ropma, por tu interés. Si, estoy algo mejor, por lo menos ya me siento persona. A lo largo del día espero ir emergiendo, pero como dice Luri, estos achaques son puramente masculinos y sobrecargan el ánimo hasta hundirlo. Cosas de chicos.
ResponderEliminarGracis José Antonio, por tu saludo. Te correspondo. Luis
ResponderEliminarGracis José Antonio, por tu saludo. Te correspondo. Luis
ResponderEliminarGracis José Antonio, por tu saludo. Te correspondo. Luis
ResponderEliminarEspero que te mejores de ese catarro y saludos a Luis, digo... a Goyerri. ;-)
ResponderEliminarFrancesco: Gracias por tus buenos deseos, se los trasladaré a Luis. Goyerri
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